Nico Hülkenberg volverá a pilotar el Aston Martin en Arabia Saudí, como hizo la semana pasada en Baréin. Sebastian Vettel dio anoche positivo en las pruebas de covid-19 y no podrá tomar parte en la prueba.
Vettel causó baja en Sakhir por coronavirus e inmediatamente fue aislado en el hotel mientras el equipo contactaba con Hülkenberg, que hizo un viaje relámpago para llegar justo a tiempo para competir en la primera carrera de la temporada.
Esta semana, Vettel volvió a dar positivo el miércoles y de nuevo en la noche del jueves. El piloto sigue confinado en Baréin.
Hülkenberg llegó sin experiencia previa en pista con el Aston Martin, aunque con horas de trabajo en el simulador. Superó a su compañero Lance Stroll en clasificación, aunque en carrera el canadiense estuvo por delante.
Ahora, con un Gran Premio a sus espaldas, Hülkenberg espera extraer más partido del coche.
«Tras haberme familiarizado con el AMR22 en Baréin la semana pasada, esta carrera de Arabia Saudí me ofrece la oportunidad de mejorar todavía más mi compresión del coche», dijo Hülkenberg.
También le ayudará «el trabajo realizado en el saludador en los primeros días de esta semana, que me ha ayudado a prepararme para un circuito tan rápido y fluido como el de Yeda, desconocido para mí».
Nico, tras desear a Sebastian una rápida recuperación, añadió que estaba «impaciente para afrontar este nuevo desafío y voy a dar el máximo para ayudar al equipo».
De todas formas, parece muy complicado para un Aston Martin llegar incluso a la Q2. Tras la marcha de Otmar Szafnauer y el reciente aterrizaje de Mike Krack, el equipo sabe bien que el AMR22 tiene deficiencias y en el túnel de viento ya están probando una evolución drástica del mismo, una suerte de AMR22B que difícilmente llegará a la pista antes del GP de España. Krack ha dicho al respecto que «los coches actuales son complicados. Algunas piezas son grandes y diseñarlas y fabricarlas conlleva su tiempo».
