Mercedes, Aston Martin y Ferrari pugnan por ser la segunda fuerza del campeonato, pero en el presente mundial de Fórmula 1 sólo hay una certeza: Red Bull es poco más o menos que imbatible. Con Max Verstappen por delante de Sergio Pérez. Quizás la única incógnita reside en saber si serán capaces de ganar todas las pruebas o si algún rival logrará desbancarlos a final de temporada.
El dominio actual es tan brutal, que Adrian Newey ya puede dedicarse con toda tranquilidad a pensar en 2024 mientras sus rivales piensan cómo ‘salvar’ 2023 y explorar nuevas direcciones que resuelvan sus problemas.
Pero detrás de los ‘dictadores’ austríacos todo son preguntas, respuestas a medias que puede cambiar con el circuito y muchas incertidumbres, comenzado por los perseguidores más inmediatos de Max y Sergio, reducidos a simples ‘outsiders’ tras haber perdido la categoría de rivales.
Ferrari, Mercedes o Aston Martin no parecen capaces de ‘derrotar’ a Red Bull este año. Sus esperanzas residen en que Max y Sergio tengan un mal día. El rival intenta pelear, el outsider aprovechar el descuido. Tras la demostración de Max en Mónaco, las esperanzas de una sorpresa en Hungría o Singapur han perdido fuerza.
Mercedes ha emprendido una nueva dirección y en Barcelona dio sus frutos, pero está por ver si el circuito ayudó. Ferrari trajo novedades, pero sigue sin solucionar sus problemas de degradación de gomas. Aston Martin bajó un escaló en Montmeló, aunque en Canadá espera recuperarlo con las novedades que estrenará.
Ferrari lo fía todo a los datos positivos que arrojan sus simulaciones, pese a que Pirelli levará a Montreal las gomas más blandas disponibles.
Mercedes arroja pelotas fuera afirmando que piensa más en clave 2024 que 2023. Pero está claro que las ‘flechas negras’ son la segunda fuerza. Aunque Fernando Alonso esté por delante de Lewis y George, en la clasificación de Constructores, van claramente por delante de Aston Martin, y Ferrari ha perdido estela.
Sólo Aston Martin tiene muchas ambiciones en Canadá. Es la carrera de casa, de los Stroll. Tanto que Lawrence ya ha dicho que quiere —desea, más bien — a sus dos coches en el podio, Fernando y Lance. Y recuerdan que Alonso hizo el segundo crono de parrilla el pasado año con el Alpine, aunque las condiciones de la clasificación —agua — pudieron ayudarle.
Y desde Maranello cruzan los dedos. El pasado año Leclerc salía en última fila y acabó sexto. Sainz lo hizo en segunda fila, acabó segundo y marcó la vuelta rápida.
Los demás siguen lejos. Puntualmente Alpine o McLaren pueden asoman la cabeza, pero lo suyo es recolectar los últimos puntos en juego. Haas o Alfa Romeo pueden disimular mejor o peor sus carencias, pero para ellos entrar entre el ‘top 10’ ya es complicado. Alpha Tauri y Williams se pelean por no ser ‘farolillo rojo’.
En Canadá siempre pasan cosas. Es un Gran Premio con una configuración de circuito —frenadas y aceleraciones brutales — que permite que pases muchas cosas y con una peculiar disposición de las zonas de DRS, porque las zonas 2 y 3 tienen el mismo punto de detección. Muchos pilotos dicen que es el circuito más diferente a todos.
