Rachele Somaschini, una piloto milanesa nacida en 1994 que heredó de su padre la pasión por los motores. Desde niña ama todo lo que tiene motor. Conozcámosla mejor a través de esta entrevista…
¿A qué edad empezaste a competir con coches?
Comencé a correr a la edad de 19 años, tan pronto como obtuve mi licencia obtuve inmediatamente la licencia deportiva, habiéndose presentado la oportunidad de participar en una carrera histórica en el Autódromo de Monza. Compartí la cabina de un Giulietta sprint del 67 con mi padre y de esa carrera en la pista me di cuenta de que ¡nunca quería parar! Así que seguí buscando oportunidades para volver a subirme al coche lo antes posible, en cualquier contexto.
¿Qué te impulsó a subirte al coche la primera vez?
Mi papá siempre ha sido un gran aficionado a los motores, esta pasión la he respirado en casa desde niño, muchas veces lo acompañaba al Autódromo o iba a ver sus carreras, era inevitable que en algún momento tuviera las ganas a probar suerte… y esa ocasión en la pista fue providencial.
Solías correr en subidas, ¿por qué decidiste cambiar y correr en rally?
Me apasionaban mucho las escaladas, tenía una enorme satisfacción y grandes resultados y disfruté mucho durante todos esos años. Muchas cosas que he aprendido (técnicamente) sin duda se las debo a las subidas ya mi MINI. Sin embargo, siempre he mirado los rallies con gran admiración, pero pensaba que no estaban a mi alcance. La patología que padezco, la fibrosis quística, puede limitar mucho, realmente creía que mi cuerpo no aguantaría un compromiso de días. Entonces se presentó la oportunidad de mi vida: una Academia estaba buscando un equipo Sub25 y femenino para el Campeonato de Italia de Rally: aunque era un paso realmente arriesgado, ¡no lo pensé dos veces y dije que sí!
¿Qué diferencia encontraste entre las carreras cuesta arriba y los rallies?
Inicialmente pensé que la guía era similar, pero rápidamente me di cuenta de que realmente es otra historia. Cuesta arriba, cuanto más limpio condujiste, rozando curvas y curvas cerradas y aprendiendo las pistas y trayectorias de memoria, más tiempos y resultados obtuviste. Este no es el caso en los rallies. Hay que ser más atrevido y familiarizarse mucho con los coches, notas y navegadores porque la carretera nunca es la misma que cuando la viste anteriormente. Me tomó tiempo acostumbrarme a que alguien me hablara al oído y lo escuchara… además de tener que conducir de manera más instintiva, en superficies irregulares y, a veces, destruidas… y luego llegar a mi gran amor por los rallies de tierra.
¿Qué figura es para ti el navegante… qué representa?
Hoy soy absolutamente consciente de que la persona a mi lado es fundamental y por eso para progresar debes apoyarte en un profesional, te ayuda a crecer si tiene mucha experiencia y te hace la vida más fácil. Poder confiar ciegamente es un valor añadido y cuando creas una buena sensación en el coche realmente hace la diferencia. Es una pena que no todos le den el valor justo a la figura del navegante.
En los últimos tiempos son muchas las mujeres que se acercan a este deporte convirtiéndose en excelentes conductoras… ¿cómo se vive esta relación “mujeres y motores”? ¿Encontraste obstáculos o prejuicios?
Estoy absolutamente convencida de que en el automovilismo las mujeres pueden competir y que no debe haber límites, ¡sobre todo culturales! Realmente todavía somos una gran minoría y lo siento por esto… pero entiendo que no es fácil superar los prejuicios y seguir una pasión vista como “inusual”. Por mi parte, siempre intento llevar el “Rallysmo in rosa” a lo más alto y estoy orgullosa de ser la abanderada de la FIA Women in Motorsport. En verdad, encontré algunos prejuicios y algunos inconvenientes menores en la pista y cuesta arriba, en los rallies el clima es quizás diferente, todavía soy consciente del trabajo que tengo que hacer en mí mismo y nunca tengo miedo de pedir una mano cuando es necesario. Tengo muchos amigos, pilotos y navegantes que nunca me fallan por su apoyo. Aunque competimos juntos y hay competencia, muy a menudo me encuentro con ayuda, consejos e incluso momentos de pura diversión. Mi padre, que prefiere la pista, piensa que los pilotos de rally estamos todos locos pero yo creo que hay un hilo conductor que nos une… ¡y es definitivamente la pasión!
¿Cuáles son tus sentimientos al competir en una carrera?
Son muchos y casi indescriptibles, solo se que en cuanto llego al corazon de la carrera me encuentro con una fuerza que me asombra, quizas la adrenalina que se libera me da la carga y no siento el cansancio, el calor, las dificultades y la falta de descanso. El cansancio físico que creía insuperable en realidad lo percibo solo después de que todo ha terminado. Suelo decir que cuando me pongo un casco y me abrocho los cinturones de seguridad, todo desaparece y, absurdamente, también me olvido de que tengo una enfermedad.
Gracias a mucho trabajo realizado con los profesionales de Fórmula Medicina pude manejar la ansiedad que me limitaba mucho en los primeros años y pude transformarla en energía y determinación. También me tatué mi nuevo lema, que mi tutor siempre me repite: «¡Motivación, concentración, determinación!»
¿Hay alguna carrera en particular en la que te gustaría participar pero que aún no has hecho?
Hay muchas carreras en las que no pensaba que iba a poder competir, primero la de Montecarlo en la que participé en dos ocasiones, luego la de las Azores de la que había visto imágenes impresionantes y que he vuelto a repetir este año. Aquí, ahora me gustaría realizar otro sueño que es competir en el Rally de Suecia, quién sabe en el futuro…!
¿Tu próxima carrera?
Estaré en el Rally del Vermentino a mediados de septiembre, en mi querida isla en compañía de mis mayores seguidores, luego algunas carreras «sorpresa» que aún no puedo decir y luego otra vez en Cerdeña en noviembre para la contrarreloj de Tandaló, para También recuerdo este año a mi querida amiga Nicola Imperio a quien siempre se le extraña inmensamente.
En el mundo de las carreras, tu compromiso va más allá de la pura competición. Cuéntanos tu aportación a la «Fundación para la Investigación de la Fibrosis Quística» con la iniciativa #CorrePerUnRespiro.
Soy voluntario de la Cystic Fibrosis Research Foundation durante muchos años (¡más de 12 años!), desde que decidí que no quería esperar el curso de la enfermedad sin hacer nada concreto. He prestado mi rostro para muchas campañas de concientización convirtiéndome en uno de los Testimonios, creyendo firmemente que solo quien vive con esta grave patología puede realmente dejar claro lo difícil que es vivir con ella y pedir todo el apoyo posible. En 2016, tras darme cuenta de que una figura femenina en el automovilismo capta la atención, creé “Corsi Per Un Respiro” para canalizar esa atención sobre el conocimiento de la fibrosis quística. Aunque es la enfermedad genética grave más extendida, todavía es muy poco conocida y por eso quise compaginar mi pasión por los motores con lo que más me importa: concienciar y recaudar fondos para la investigación científica. Hemos sembrado mucho y hoy estoy orgulloso de mis muchos seguidores gracias a los cuales pudimos recaudar más de 300 mil euros solo con mi proyecto. Con la Delegación Ffc de Milán, hemos inventado dispositivos dedicados, hemos creado un comercio electrónico durante el período covid, hemos estado presentes en el parque de asistencia de muchas competiciones. En los últimos años la investigación realmente ha avanzado mucho, yo mismo he tenido la suerte de acceder a un fármaco modulador disponible para cerca del 70% de los pacientes y que está dando muy buenos resultados para ciertas mutaciones genéticas. Pero no nos detendremos hasta que haya una cura para todos los enfermos. No debemos olvidar que la investigación es para todos, que hay un portador sano por cada 30 personas y que no es tan improbable tener un hijo enfermo.
