Horner y Marko podrían perder autonomía dentro de Red Bull F1

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Durante el último tiempo se ha hablado mucho de Ferrari en la Fórmula 1. Ciertamente no es nada nuevo, ya que es un hecho conocido desde hace décadas que los focos de Maranello son los más poderosos de todos, pero incluso en otro equipo puntero las últimas semanas de este otoño europeo no han sido precisamente tranquilas. Hablamos de Red Bull, y eso es un poco sorprendente teniendo en cuenta que es el equipo que viene de una temporada en la que le tocó la lotería.

En Milton Keynes hay algunos interrogantes sobre el futuro y no se trata de la reducción del tiempo en el túnel de viento impuesta por la cuestión del «tope presupuestario». La muerte del gran jefe del imperio Red Bull, Dietrich Mateschitzha provocado una reorganización de las funciones de dirección que, obviamente, también ha incluido los programas deportivos.

La Fórmula 1 es el activo más importante dentro de esta área y el programa siempre ha gozado de un gran grado de autonomía debido a la gran amistad entre Helmut Marko, asesor deportivo del equipo, y el propio Mateschitz.

Esta independencia también se ha visto reforzada por los resultados conseguidos a lo largo de los años, éxitos que han reforzado la convicción de una confianza bien depositada.

Todo funcionó durante más de quince años gracias a la relación Mateschitz-Marko, pero con la ausencia de una de las dos partes, las cosas podrían cambiar. Las responsabilidades que eran del fundador se han dividido en tres áreas, y los programas deportivos han sido asumidos desde noviembre por Oliver Mintzlaff, antiguo número uno del equipo de fútbol Leipzig y durante muchos años vinculado al grupo austriaco.

En el paddock de Yas Marina se filtró el rumor de que Mintzlaff era uno de los mayores defensores del proyecto Red Bull-Porsche. El acuerdo se cayó cuando el anuncio oficial era inminente, principalmente debido al deseo del tándem Marko-Horner de mantener la total autonomía del equipo.

El acuerdo con Porsche habría ido más allá del suministro de la unidad de potencia de 2026, ya que el fabricante alemán estaba dispuesto a entrar en el accionariado de Red Bull Technology, adquiriendo voz y voto en todas las decisiones del equipo.

El 9 de septiembre, la propia escudería con sede en Milton Keynes declaró que «…en los últimos meses, Porsche AG y Red Bull GmbH han estado discutiendo la posibilidad de que Porsche entre en la Fórmula 1. Las dos empresas han llegado a la conclusión conjunta de que estas conversaciones no seguirán adelante».

La llegada de Mintzlaff ha hecho que se especule con un posible replanteamiento, pero en realidad no habrá marcha atrás. Sin embargo, lo que sigue siendo una incógnita es la futura autonomía del programa de Fórmula 1 de Red Bull.

Los resultados obtenidos parecen jugar a favor de la estabilidad, no hay razón aparente para cambiar el equilibrio en una estructura ganadora. Sin embargo, también hay otros aspectos que no han pasado desapercibidos.

La tormenta mediática vinculada al tema de la infracción al tope presupuestario no ha hecho ciertamente ningún bien a la imagen de Red Bull, y el asunto la polémica entre Max Verstappen y Sergio Pérez que estalló en Brasil también ha propuesto un escenario poco idílico para las relaciones dentro del equipo.

Si en el pasado estas situaciones se discutían y resolvían entre Marko y Mateschitz, puede que en el futuro no sea así, y las decisiones estratégicas, como el probable acuerdo con un fabricante oficial para compartir el proyecto de la unidad de potencia de 2026, también se evaluarán fuera de la sede de Milton Keynes.

A día de hoy es difícil saber si la intención de la empresa matriz es revisar la relación con la isla privilegiada que siempre ha sido Red Bull Fórmula 1, pero por primera vez nadie de la cúpula directiva del equipo puede asegurar lo que ocurrirá en el futuro.

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