Canadá, un circuito exigente

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El circuito de Canadá es peculiar. Grandes frenadas, espectaculares aceleraciones y el muro esperando el mínimo despiste, especialmente el llamado muro de los campeones, ese que hay que rozar pero no tocar y en el que tantos campeones han dejado sus sueños.

“Es un trazado muy particular porque es necesario ser agresivo con los pianos, correr como la ‘vieja escuela’. El ‘set-up’ no es sencillo: debes combinar la velocidad en recta con la capacidad de pasar por encima de los pianos”, señala Max Verstappen.

En otras palabras, un coche blando, pero con suspensiones no excesivamente duras —como quisieran los aerodinámicos para maximizar el ‘downforce’— para encajar los golpes de los pianos y ofrecer la máxima tracción.

Lawrence Stroll apunta alto en el Gran Premio de Canadá. El propietario de Aston Martin llega confiado a su carrera de casa y señala que ver a sus dos pilotos en el podio es su objetivo. Así pues, espera que las actualizaciones que estrenarán les ayuden a dejar atrás la falta de ritmo de Barcelona y mejoren sus puntos débiles. 

Y es que las curvas por lo general son lentas. Pero ninguna es simple, casi todas son ‘chicanes’ más o menos abiertas, más o menos rápidas, lo que requiere un coche muy ágil en los cambios de dirección.

Pero hay otro detalle muy peculiar en Canadá. Hay tres zonas de DRS, pero sólo dos puntos de detección. Las zonas 2 y 3, las dos rectas más largas, tienen una única zona de DRS, cuyo punto de detección está muchos metros antes de la famosa curva 10, una auténtica paella cerrada. Si consigues adelantar entre el punto de detección y la paella… puedes tener a favor DRS para escapar de quien acabas de adelantar. Es un detalle a tener en cuenta, de ahí que se prodiguen los intentos en ese lugar.

El circuito de la Ille de Notre Dame, rebautizado con el nombre de Gilles-Villeneuve, es un trazado urbano ‘relativo’. Su enclave, en una isla, con canal de remo ocupando el centro de la misma, hace que el tráfico en la zona sea casi inexistente, muy bajo, y no presenta el desgaste de otros trazados urbanos que los días laborables soportan un tráfico intenso.

Canadá acostumbra a dar buenas carreras, interesantes, a ser protagonista de golpes de teatro. Y sobre todo la ciudad vive un ambiente muy especial durante la carrera.

Por cierto, este año será el primer Gran Premio bajo el control de Bell, un gigante de la comunicación en Canadá, que ha absorbido a la empresa promotora.

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