¿Vieron las fotos de Nueva York cubierto de una espesa neblina naranja? Todo fue a raíz de los incendios forestales en Canadá y cuyo humo ya llegó, ¿hasta Noruega?
Sí. Mientras en Nueva York toman sus precauciones, tras un par de días con mala calidad del aire —y de haber registrado el más alto nivel de contaminación en el mundo—, en Noruega observan cómo el humo está llegando por aquellos lares y podría desplazarse hacia el sur de Europa.
Incendios forestales en Canadá
A inicios de junio de este 2023 en Québec comenzó a registrarse una serie de incendios —luego de una tormenta eléctrica del 1° de junio— que se salieron de control y se fueron multiplicando hasta llegar a desplazar a más de 20 mil personas de sus hogares.
De este grupo, se sabe que 15 mil son de la provincia de Québec y que de los primeros 36 incendios forestales, se rebasó la cifra de 100 hasta llegar a 400 incendios activos.
Hoy sabemos que son casi 4 millones de hectáreas dañadas por estos incendios —y que están por encima del promedio registrado en los últimos 10 años. 12 veces más.
Y de entre todas las cosas preocupantes está el hecho de que esta serie de incendios forestales comenzó en corto, justo al inicio de la temporada, en medio del clima seco de primavera y las altas temperaturas extremas.
(Claro, precisamente, en contexto de las consecuencias del cambio climático producido por las actividades industriales de los humanos).
¿Por qué el humo llegó a Nueva York y hasta Noruega?
En Québec y medios internacionales se habla de algo histórico o sin precedentes, porque los incendios forestales de gran escala suelen registrarse en las zonas de Alberta o la Columbia Británica. O sea, más al oeste.
Pero esta vez ha sido lo contrario y el viento ha llevado el humo de estos incendios hacia el noreste y el Atlántico, alcanzando a Nueva York —donde declararon el código Marrón, que es el nivel más alto de la mala calidad del aire.
Ahora bien, lo que debemos saber es que este humo bajó de esta provincia por lo que llaman la “parte trasera” de un sistema de baja presión que está en Nueva Inglaterra.
Y justo los vientos han hecho lo suyo. Han llevado al humo desde el lago de Ontario hasta Long Island, avanzando lento hacia el sur del gabacho.
Aunque eso no es todo. El viento también ha empujado a esta capa de humo hacia el Atlántico y, de acuerdo con el NILU (Instituto Noruego de Investigación Climática Medioambiental) ya llegó a tierras noruegas.
En entrevista con la APF, el investigador Nikolaos Evangeliou explicó que se han registrado concentraciones bajas y, que en realidad, no prevén que estas representen un riesgo para la población o alcancen un pico de aumento.
Lo que sí, es que se espera que el humo llegue a otros países del sur de Europa. Todo dependerá de la intensidad de los incendios en Canadá, cómo sople el viento —su orientación— y las precipitaciones.
Mientras, del otro lado del charco, en Québec ya reciben la ayuda de brigadas de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos para sofocar los incendios forestales.
