Chevrolet ha presentado el tercer prototipo de una serie de tres realizados por otros tantos estudios de diseño con el objetivo de empezar a trazar las líneas maestras de lo que será la nueva generación del Corvette.
Chevrolet nos ha obsequiado recientemente con dos estudios de diseño de lo que podría ser un futuro Corvette. El primero, surgido del estudio de diseño avanzado de General Motors en Londres; el segundo, del centro de diseño de Californa, concretamente en Pasadena.
Nos llega el tercero prometido, esta vez surgido en Detroit, más concretamente del centro de diseño que General Motors tiene en Warren. Se llama Corvette CX.
LOS DISEÑADORES HAN TENIDO BARRA LIBRE
No parece que ninguno de los tres ‘concepts’ vaya a llegar a la serie. Al menos tal como se han presentado, pero es el camino para definir lo que será el Corvette C9, trabajo para el que los diseñadores tuvieron ‘barra libre’ y en el que cada equipo trabajó de forma independiente.
Pero parece que tenían una cierta insinuación común: hacer más atractivo estéticamente el Corvette. Las ventas no han alcanzado el nivel esperado y el Mustang, tradicional rival del Chevrolet, arrasa pese a que dinámicamente parece de una generación anterior.
Parece que el C9 será más una renovación estética que mecánica. La ingeniería es de primer nivel. Y hay detalles, sobre todo del CX, que recuerdan al Corvette actual –morro puntiagudo, pasos de rueda elevados o luces traseras cuádruples– pero aportando una buena dosis de personalidad y estilo.
La libertad sin límites del diseño se nota en el acceso al habitáculo. Toda la cabina bascula hacia delante: parabrisas, techo y lo que normalmente sería el capó, todo incluido. Y deja a la vista un cockpit con dos asientos totalmente separados… y el del conductor con lo que parece una suerte de Halo, quizás para recordarnos que General Motors entra en Fórmula 1, aunque sea con Cadillac.
UN MOTOR ELÉCTRICO PERO POCO CREÍBLE EN SU CONJUNTO
La libertad de la que han gozado los diseñadores queda más si cabe al descubierto con la desmesura que han imaginado para la motorización. Es eléctrica y tiene nada más y nada menos que 2.000 caballos, vectorización de par incluida. Lo curioso es que las baterías son de ‘sólo’ 90 kilovatios hora, una capacidad escasa si se tienen en cuenta las demandas de energía que tendrá este nivel de potencia.
También se aprecia abundante ‘efecto suelo‘ como recurso para potenciar las cualidades dinámicas. Y en eso se incluyen ‘ventiladores de succión’ para hacer el vacío bajo el coche y pegarlo al asfalto. Además, hay un spliter bajo el morro y un alerón trasero, ambos elementos activos.
Y un detalle, este estudio de diseño puede estar pronto en el Gran Turismo 7. De hecho en el famoso videojuego ya está el Corvette CX.R Vision Gran Turismo, que se ha presentado ‘en carne y hueso’ durante el evento The Quail de la Semana del Motor de Monterey como el CX. En este caso se trata de un prototipo que imagina el futuro del Corvette en competición, aunque en este caso el motor es híbrido. La parte térmica es para un V8 biturbo alimentado por e-fuel capaz de girar a 15.000 revoluciones por minuto. La sorpresa es que no estamos ante las elevadas cilindradas típicas de los V8 americanos, sino que se conforma con 2.0 litros, lo que no impide que aporte 900 caballos. Para llegar a los 2.000 caballos, como el CX, se añaden tres motores eléctricos que trabajan junto al térmico, uno sobre el eje trasero y dos, uno por rueda, sobre el delantero.
