Como tantos otros fabricantes el Grupo Vokswagen está volcado ya en un futuro que apunta a ser 100% eléctrico, pero para ello es necesario madurar más una tecnología que aún tiene mucho margen de mejora, especialmente en un aspecto clave como es el de las baterías que por su coste y eficiencia hacen que los autos eléctricos sean aún algo al alcance de clientes con los bolsillos más holgados.
Sin embargo parece que eso cambiará muy pronto como ha mostrado la propia Volkswagen tras presentar su nueva hoja de ruta en lo referente a baterías e infraestructura de carga en una conferencia conocida como ‘Power Day’, en la que la compañía alemana ha anunciado que su plan principal es desarrollar una batería común para todos sus modelos que permitirá reducir en un 50% el coste de este elemento clave en los eléctrico que llegaría en 2030.
Una movilidad eléctrica más barata y accesible
El objetivo es claro: democratizar la movilidad eléctrica que según el propio CEO del Grupo Volkswagen Herbert Diess se ha convertido en el negocio principal de la compañía y alcanzar para esa fecha clave de 2030 un crecimiento en las ventas de autos eléctricos que les permitan alcanzar un 60% de cuota de mercado.
Para lograrlo VW quiere revisar los materiales usados en las baterías de sus modelos para reducir los costes de estos sistemas, con tres clases muy diferenciadas: Para los vehículos pequeños como los ID.1 e ID.2 que llegarán en 2025 se emplearán cátodos a base de fosfato de hierro, como los que se están popularizando también en Renault. En el caso de los vehículos más grandes como los ID.3, ID.4 y otros tendrán celdas ricas en manganeso, con menor contenido de níquel y la desaparición total del cobalto, principal responsable del alto coste de las baterías. Habría además un tercer tipo de baterías para vehículos específicos, por ejemplo deportivos, que sí seguirán optando por una combinación de alto coste con cobalto, níquel y manganeso pero que en esta clase de modelo compensará por ofrecer mejores prestaciones.