El Scania T164 L, Las Vegas sobre ruedas

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Como en las mismísimas Las Vegas del estado de Nevada, en Estados Unidos, Transports Durand ha querido recrear la artificial metrópolis de cartón-piedra en este Scania Torpedo.

Para ello, ha escogido la popular serie televisiva que recibe el mismo nombre que la ciudad, donde el glamour y la exuberancia se hace patente en cada episodio, igual que sucede en este camión, centímetro a centímetro, a lo largo de todos sus laterales.

La trama de este serial de la pequeña pantalla protagonizado por James Caan, de Ed Deline, gerente de un selecto hotel-casino; Molly Sims, de Delinda Deline, su hija y responsable de la animación del centro, y Josh Duhamel, de Danny McCoy, jefe de seguridad de El Montecito, el epicentro, donde se desarrolla la mayor parte de la acción de la serie.

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El juego, la vida nocturna y el lujo son los elementos esenciales en este Scania de morro que Durand y su compañera nos muestra.

“La pasión que nos despierta esta ciudad ha quedado perfectamente plasmada en nuestro Scania Torpedo”, puntualizan al unísono.

Como en el cartel a la entrada de la ciudad real, Durand nos recibe con un “Bienvenidos a la fabulosa ciudad de Las Vegas” y, de su mano, realizamos una exclusiva visita guiada a través de la infinidad de pinturas y elementos que ostenta su Scania T164 L V8 de 480 CV, un modelo que se retiró de las cadenas de producción de la marca del Grifón hace ya ocho años.

Empezamos nuestro recorrido por el lateral del conductor, donde una gran estampa de Molly Sims y Josh Duhamel predomina en todo el lado, junto a varios rascacielos iluminados y un flamante deportivo descapotable.

Siguiendo la ruta, el otro lado está dominado por una explosiva rubia en bikini apoyada sobre un gran dado y una ruleta, con el frontal del Mirage Hotel Casino de fondo, los elementos de juego más destacados y significativos.

Los cuatro ases de las cartas de póquer, que pasan algo más desapercibidas porque delante de ellas se descubre otra chica diez, esta vez con el torso desnudo, dominan la trasera del camión.

El morro del Scania ha sido reservado para un elemento muy yanqui y patriótico, la estatua de la libertad, puesto que a Las Vegas, además de ciudad del pecado y del juego.

También se la conoce por sus reproducciones a escala, en cuanto a construcciones se refiere, de lugares y monumentos a escala mundial, como la Tour Eiffel y el Arco de Triunfo en el Hotel Paris, la réplica del canal con sus gondoleros en el Venetian Hotel, uno de los más grandes del mundo, con más de 6.500 habitaciones, o el Bellagio y sus espectaculares fuentes, algunos de los mayores centros de juego en la ciudad de Nevada.

Los carenados están repletos de elementos relacionados con el juego, desde máquinas tragaperras, fichas de crupier, hasta billetes de dólar entre llamas. Todo un efecto de quemar dinero con el juego.

Como si de una habitación de uno de esos lujosos hoteles se tratase, el interior del Scania, inmaculado y pulcro, Durand ha escogido el rojo y el blanco para armonizar todo el habitáculo.

Eso sí, sin omitir más detalles que nos recuerdan la temática central del camión, unos dados y unas fichas de crupier decoran los armarios interiores.

Y como no podía ser de otro modo, una réplica del cartel de la entrada de la ciudad, “Welcome to fabulous Las Vegas, Nevada”, decora la litera, para que los sueños también nos transporten directamente a la exuberante ciudad.

El tablier y cuadro de mandos está resuelto en blanco los paneles y en rojo los botones y mandos, lo que le confiere un acabado de excepción.

El volante deportivo de tres radios en rojo y negro remata el imponente aspecto interior, donde el más mínimo detalle ha sido cuidado como en una suite de hotel, sólo falta la cestita de frutas o la botella de cava para dar la bienvenida al chófer y su acompañante.

De este modo, interior y exterior se compenetran a las mil maravillas para poner en situación a cualquiera, aunque jamás haya viajado hasta la ciudad afincada en el estado de Nevada, el reino del juego y la diversión nocturna.

Donde se ganan y se pierden grandes fortunas a diario y todo gira en torno a una vida de ensueño, donde las ilusiones y las desilusiones van unidas a unos dados, a una tirada de la ruleta, a una buena mano de cartas o, simplemente, a la fortuna de una tirada de la palanca de una máquina tragaperras.

En definitiva, se trata de una excelente puesta en escena de la vida nocturna, de los casinos más famosos y, en general, de la vida en la ciudad del juego por excelencia. Bienvenidos al fabuloso mundo de Las Vegas.

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