¿Cómo funciona un camión eléctrico?

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El principio básico del funcionamiento de un camión eléctrico es que para poder moverse utiliza motores eléctricos, alimentados por baterías, en lugar de motores de combustión. Su uso requiere de cambios en el modo de conducción para ser más eficientes. Ahora más que nunca, cada kilómetro cuenta.

Las diferencias entre un camión diésel y uno eléctrico son notables y ello nos condiciona la manera correcta en la que debe ser conducido. Estas diferencias con respecto a un camión alimentado por un motor de combustión, bien sea de gasóleo o gas natural, que son la mayoría, lo hacen claramente diferente en muchos aspectos.

En este artículo hablaremos solo de los puramente eléctricos, sin incluir los híbridos o híbridos enchufables, que por otra parte nos parecen alternativas bastante interesantes para algunos usuarios que tengan que hacer trabajos específicos en los que vayan bien estas características.

Un camión semitransparente que muestra los componentes eléctricos internos y la estructura del chasis.

Los distintos fabricantes de camiones utilizan dispares maneras de ubicar estos motores eléctricos, así que la importancia de éstos, y especialmente de las baterías, resulta primordial.

Hay que decir que los camiones eléctricos cuentan con dos sistemas de baterías en todos los casos: las convencionales o de servicio, que serán las encargadas de todos los elementos normales que tendríamos en un camión de combustión, como por ejemplo iniciar el propio contacto del camión; y las baterías que alimentan los motores eléctricos, que son las verdaderas protagonistas.

Éstas son de corriente continua y de alta tensión, por lo que necesitaremos un inversor que transforme la corriente en alterna, que es la requerida por los propulsores.

También contamos con otra unidad electrónica, que la mayoría de las marcas denominan controlador, y que, como su propio nombre indica, es la encargada de controlar el flujo de corriente a los motores eléctricos, garantizando que éstos reciban la cantidad correcta de corriente para funcionar de manera eficiente.

Por otro lado, las baterías están utilizando la tecnología de iones de litio, aunque empiezan a aparecer alternativas muy interesantes que prometen mayor capacidad de almacenaje en el mismo tamaño y peso, por lo que el aumento de autonomía será una realidad.

Hombre conduciendo un camión en una autopista, visto desde el interior de la cabina, con árboles y coches fuera, utilizando un Borrador automático para mantener las notas organizadas durante el viaje.

Nuevo aprendizaje

Los que nos dedicamos al mundo del transporte sabemos que realizar una conducción eficiente hará que los costes de combustible se mantengan dentro de unos márgenes que nos permitan ser productivos. Un buen mantenimiento del camión será primordial para que esto sea así.

Pero, por muchos años que llevemos al volante, hay que reinventarse y cambiar la mentalidad, ya que los camiones eléctricos requieren de unas costumbres en la conducción algo diferentes, especialmente si queremos sacarle el máximo jugo a la capacidad de las baterías, que incide directamente en contar con más autonomía.

En este punto, los fabricantes tienen mucho que decir y todos nos ofrecen unos cursillos gratuitos cuando compramos un camión eléctrico en los que nos desvelan los consejos para ser más eficientes.

Además, ponen a nuestra disposición sistemas como el llamado generalmente de frenada regenerativa, que es el encargado de aprovechar las frenadas del vehículo, o lo que es lo mismo, transformar la energía cinética del movimiento de los neumáticos en energía eléctrica, que acumularemos en las baterías para cuando los motores eléctricos demanden el que pueda ser utilizada.

Hagamos un pequeño ejercicio. Pensemos que cuando conducimos un camión de gasóleo o gas y tenemos que hacer algún tipo de frenada podemos hacerlo de varias maneras, esto es, con el freno de pie, con el freno motor o con el, cada vez más extendido, retarder o intarder.

Dos hombres cargan un camión eléctrico Renault azul en una estación de carga situada bajo una marquesina metálica.

De cualquier manera, por mucho que hagamos un uso lógico de todos estos sistemas, no conseguiremos que nuestro depósito de gasoil o gas se llene más. Por el contrario, en el caso de los eléctricos, cuando hayamos aprendido esta técnica, sí podremos conseguir que las baterías se vayan llenando en según qué circunstancias.

Por nuestra propia experiencia, cuando hemos tenido ocasión de probar algún camión eléctrico en una gran ciudad con circulación intensa, os podemos asegurar que hemos recorrido bastantes kilómetros sin que la capacidad de las baterías bajase.

De hecho, cuando estamos en estas circunstancias es recomendable llevar el retarder siempre activado y, previniendo los movimientos de la circulación, ir dando al acelerador lo justo para avanzar. Cuando se requiera soltaremos el gas y será el propio camión el que se detendrá para poder aprovechar esta energía.

Lógicamente, en estos casos la palanca del retarder cumple una doble función, siendo también el sistema referido de frenada regenerativa. Para ello, los motores eléctricos se comportan como un generador y son capaces de recoger esta energía cinética del rodar del camión, invirtiendo la corriente y llevándola hasta las baterías.

Esta técnica es aplicable, sobre todo y como anteriormente decíamos, en los camiones de corte urbano, en los que constantemente estaremos circulando con paradas, por lo que cada rotonda, señal de ceda el paso o semáforo se nos tienen que convertir en una oportunidad para conseguir algo de energía extra. Aunque a priori parezca difícil, en la práctica nos acostumbraremos enseguida y esta forma de conducir será muy intuitiva.

Para los camiones de mayor tonelaje que tienen como misión rutas más largas, la idea básica es la misma, aunque no circulemos por vías con tantas retenciones.

En este punto aprovecharemos, por ejemplo, cualquier bajada que se nos presente en la carretera para intentar conseguir ese porcentaje extra de batería. Para ello, las marcas también nos ayudan con los controles de crucero predictivos, que se han ido adaptando a este tipo de camiones para aprovechar al máximo la orografía de nuestra ruta.

Un camión eléctrico DAF blanco circula por una calle de la ciudad cerca de árboles, bicicletas y edificios modernos.

Otro consejo a la hora de conducir estos camiones, y sabiendo que el par motor se consigue completo desde el inicio, es que las aceleraciones sean lo más suaves posibles. A diferencia de un camión de gasóleo o gas, en el que en determinados momentos será recomendable una aceleración rápida, en los eléctricos esto se minimiza, gracias a ese par motor continuo que se logra en todo momento.

Otra recomendación importante para el uso de estos vehículos es que siempre que podamos hay que ponerlos a cargar. Si por nuestra ruta coincide que, a la hora de hacer el descanso obligatorio, tenemos la posibilidad de ponerlo a cargar, no debemos esperar a que esté muy bajo de energía para poder enchufarlo, ya que las baterías están perfectamente preparadas para este tipo de operaciones.

Trabajadores ensamblando cabinas y chasis de camiones grandes en una ajetreada línea de producción de una fábrica muy iluminada, ayudados por un borrador automático para agilizar el proceso.

Eso sí, debemos evitar en la medida de lo posible poner siempre el camión en cargadores ultrarrápidos. La longevidad de las baterías se verá recompensada, ya que es preferible una carga algo más lenta para no estresar con demasiado calor a los paquetes de baterías.

Aun así, los fabricantes están implementando unas baterías que  están perfectamente preparadas para recibir estas cargas rápidas, y ya estamos viendo como tractoras con 700 Kw/h de capacidad total, en menos de 2 horas pueden tener las baterías cargadas al máximo, si es que tenemos un cargador adecuado para ello.

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