Volkswagen Neumann, un clásico de los 50 con transmisión y motor de vocho

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Destaca su belleza y su forma curveada, parece un coche italiano con esas líneas tan suaves y fluidas, también parece un modelo americano, con sus aletas posteriores en color negro y con su ventana panorámica trasera extra ancha de plexiglás. Se trata del Volkswagen Neumann.

¿Es un sedán o un coupé?, ¿Es un vehículo que lleva no sólo dos pasajeros, sino que tiene espacio para toda una familia? Eso era lo que se preguntaba en ese momento, hablamos de la década de los 50.

Neumann VW, Der Schwarze, DDR-Eigenbau, 1192 ccm, 23 kw, 31.03.1958

El Volkswagen Neumann estaba equipado con un sistema de escape doble, el cual sobresalía en la parte posterior, con un amplio espacio de almacenamiento y unas tomas de aire con molduras cromadas ubicadas sobre las salpicaderas traseras.

Sus puertas gruesas muy seguras, pueden abrirse de forma fácil gracias a la instalación de un sistema único acoplado a la pequeña manija, esa que los niños podían accionar sin problema alguno.

Erhard Neumann es el creador de este modelo

Corre el año de 1958. La población europea no tenía recursos porque seguían sufriendo la devastación de la Segunda Guerra Mundial. En la DDR (Deutsche Demokratische Republik, República Democrática Alemana), vivía  Erhard Neumann, nacido en 1935 en Bad Muskau en la frontera entre Alemania y Polonia.

Neumann ideó solo las formas de este modelo y fue guiado por sus ideas estéticas de un coche realmente bonito. Luego lo dibujó en dos dimensiones, incluidos cada uno de los detalles, y lo modeló en las tardes.  En ese entonces tenía escasos 20 años. Erhard aprendió de su padre Wilhelm todo lo que un buen carrocero tenía que saber.

Los integrantes de la familia Neumann, se inmiscuyeron y compartieron las tareas. Wilhelm, el papá, proporcionó los materiales y opinó sobre el panorama general del proyecto. Manfred, el hermano mayor, asumió el cargo de oficial en jefe de la mayor parte de la estructura técnica y Erhard, el más joven, creó el auto, dibujó los detalles y dio forma al modelo.

La base de este coche, incluidos sus ejes, fue un VW Tipo 82 construido en 1943 en Wolfsburg, el cual resultó quemado en la II Guerra Mundial en el Frente Oriental. Fue el señor Neumann quien lo encontró en forma de chatarra en la entrada de la estación en Lübben, allá en el lejano 1947.

Los rines, el motor de 30 caballos de fuerza y la transmisión del Volkswagen Neumann se tomaron de un vocho.

Durante 3 años, los Neumann usaron por primera vez vigas de madera para formar las características distintivas de los alféizares, salpicaderas, base de rejilla completa, y luego colocaron lámina en los marcos la soldaron y la reforzaron hasta que pudieron quitar la madera y tener un cuerpo de acero.

Lo que no pudieron fabricar, lo tomaron de otros autos, por ejemplo, la columna de dirección, volante, luces traseras, intermitentes y faros eran del “nuevo” Wartburg 311, mientras que los rines, el motor, de 30 caballos de fuerza, y la transmisión, fueron de un vocho. La tapicería de pana e imitación de cuero en los asientos tubulares de acero, fue hecho a mano por Renate, la mamá de Erhard.

¿Cuál fue el resultado de toda esta labor? Un vehículo de 880 kilos, de dos puertas y para cinco personas, que se presentó en Berlín en la Oficina de Patentes de Invención y de la República Democrática Alemana, y el 8 de agosto de 1958 el padre Wilhelm recibió la Patente de Diseño número 2626.

La vida continuó. Este coche era muy admirado y la revista alemana “Deutscher Straßenverkehr”, hizo un reportaje del vehículo, pero sin consecuencias.

Heinrich Nordhoff supo del Volkswagen Neumann

Pero en el año de 1959, los tres Neumann condujeron primero a Colonia y luego al Salón Internacional del Automóvil en Frankfurt del Main, donde este coche causó sensación.

Las revistas de Alemania Occidental informaron que incluso el gran jefe de Volkswagen, Heinrich Nordhoff, se enteró de este auto. Se sabe que estuvo interesado en comprar la licencia de diseño, pero al final no pasó nada. Finalmente Erich Apel, ministro de Asuntos Económicos de la República Democrática Alemana, asistió con una delegación en el taller Wilhelm Neumann, ubicado en Spremberg, donde examinó el auto y al final decidió no apoyar su producción. ¿Demasiado extravagante, demasiado caro, demasiado agradable?, no se sabe el porqué de aquella negativa.  Esto no importó en nada a los Neumann, quienes condujeron su auto de regreso a su casa y volvieron a su trabajo habitual, la construcción de carrocerías especiales para Wartburg, Dacia y Co.

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