La futura normativa Euro 7 entrará en vigor para turismos y furgonetas el 1 de julio de 2025 y dos años después para camiones y autobuses. Está diseñada para establecer límites muy estrictos de emisiones contaminantes en los vehículos de combustión interna, incluyendo óxidos de nitrógeno (NOx), partículas y dióxido de carbono (CO2).
Los automóviles diésel tendrán que cumplir los mismos límites de emisiones de NOx que los automóviles de gasolina, una reducción del 25%, según la norma Euro 7 propuesta. Tras sucesivos retrasos, la Comisión Europea publicó la nueva norma, que reemplaza a la vigente Euro 6, en vigor desde 2014.
Hace unos días, en una entrevista con autoevolution.com, Olivier Brosse, director de Ingeniería de Renault, aseguraba que los sistemas de propulsión totalmente híbridos son la mejor solución en términos de eficiencia.
Lo hacía en paralelo a la presentación del nuevo Clio, que en su quinta generación recibe un restyling estético y mecánico. Bajo su capó tienen cabida cuatro motorizaciones: gasolina TCe de 90 CV, TCe GLP de 100 CV, diésel dCi de 100 CV y la híbrida E-Tech de 145 CV. Con la Euro 7 a la vista, ¿tiene el Clio posibilidades de llegar a una sexta generación?
Un nuevo Clio y la Euro 7
En esa misma entrevista, Brosse asegura que Renault lanzará un nuevo Clio después de julio de 2025, cuando la Euro 7 entre en vigor. Al igual que otros ejecutivos de la industria, es crítico con ella, porque la Comisión Europea ha presentado oficialmente el borrador de las normas, pero no ha especificado con claridad la metodología de la evaluación de las emisiones a partir de las pruebas en carretera, las ‘Real Driving Emissions’.
“Si se incluyen las pruebas a plena carga o a muy bajas temperaturas, ninguna solución técnica permitirá cumplir la normativa Euro 7, tal y como se formuló originalmente. Con el texto de hoy, el motor de combustión desaparecería en 2025 en lugar de 2035, 10 años antes”, vaticina Brosse. En este sentido, afirma que imponer límites tecnológicos una década antes de la prohibición prevista para los vehículos con motor de combustión interna no es razonable.
Añade que no cree que la Comisión Europea presente esta metodología antes de mediados de 2024, por lo que «solo tendremos un año para desarrollar el Clio, que es un período muy corto”. Sin embargo, sus ingenieros se están adelantando a la normativa: “estamos trabajando con supuestos y haciendo inversiones sin tener la metodología de prueba”.
Brosse explica que los estándares Euro 6d, que se aplican a los vehículos nuevos vendidos en la UE desde el 1 de septiembre de 2019 y desde el 1 de enero de 2020 para los vehículos comerciales ligeros ya supuso una severa reducción del 80% en las emisiones. Significaba superar pruebas de emisiones más rigurosas que las requeridas por las regulaciones anteriores, Euro 6 o Euro 5. Además, ya introducía la medición de emisiones en condiciones reales de conducción, en lugar de solo en condiciones de laboratorio.
Una norma contradictoria
Ahora, en comparación, los estándares Euro 7 traen una reducción adicional de solo el 5%, pero a cambio de un alto coste. El resultado será un aumento de los precios para adaptarse a los estándares Euro 7, superiores a los 90-150 € estimados por la Comisión Europea. Brosse cree que, según el modelo, el aumento de precio será de entre 400 € y 1.600 €. El resultado es que la Euro 7 “ralentizará la renovación de la flota de automóviles, lo que contradice el espíritu de la propia norma que trata de reducir las emisiones”
Además, Brosse asegura que la introducción de una metodología de prueba más estricta conducirá a una mayor inversión para cumplir con los estándares Euro 7, que, en el caso del Grupo Renault, ascenderá a 1.200 millones de euros. Brosse concluye que el futuro es eléctrico. Renault quiere convertirse en un fabricante de automóviles 100% eléctrico en Europa para 2030 por lo que reasignará este dinero en inversiones dedicadas a ellos.
