La fiscalía francesa ha emitido una orden de captura internacional contra Carlos Ghosn, que sin embargo está convencido de que las autoridades libanesas no lo extraditarán al país galo.
Ghosn se fugó de Japón en diciembre del año 2019 cuando esperaba juicio por supuestas malas praxis financieras durante su tiempo como máximo director de Nissan.
Desde entonces el exdirectivo ha permanecido en el Líbano, que desde un primer momento ha desoído las peticiones de detenerlo. De hecho, en enero de 2020 la misma Interpol ya emitió una orden internacional al respecto.
Carlos Ghosn ha sostenido durante todo este tiempo que estaría dispuesto a ir a juicio siempre que el proceso tuviera lugar en un país que le ofreciera garantías de imparcialidad.
Ahora, la fiscalía francesa ha emitido una orden de detención contra Ghosn y otros cuatro individuos. Los documentos tienen fecha del pasado 21 de abril, según recoge Bloomberg.
Le acusan de instrumentalizar un distribuidor de automóviles para sacar fondos de Renault y de usar fondos corporativos para gastos personales, como las fiestas de aniversario de su espacio en el palacio de Versalles.
Ghosn ha reaccionado a estos últimos acontecimientos en declaraciones a Bloomberg, donde ha dejado claro que no tiene intención de entregarse.
“Lo que está ocurriendo conmigo es una tragedia. La justicia de Japón es una farsa y me entristece mucho que Francia sea cómplice de algún modo de todo esto”.
Carlos Ghosn ha sostenido en todo momento que es inocente. Asegura ser víctima de una conspiración instigada por los directivos de Nissan para frenar sus planes de integración con Renault.
Ghosn fue detenido en noviembre de 2018, en un arresto que Naciones Unidas criticó por “arbitrario”.
En diciembre de 2019, estaba en libertad vigilada cuando protagonizó una fuga de película que ya ha conllevado penas de años de cárcel para algunos de los cómplices que le ayudaron a escapar.
