El público y las cifras están hablando: BMW ya es una referencia mundial en lo que concierne a la movilidad eléctrica. Sus coches a pilas circulan por cada vez más lugares y en mayor número. Por ese motivo, cada vez que habla al respecto, su voz es tomada como referencia. Durante una entrevista a Reuters, se ha confirmado que BMW no piensa aumentar el volumen de fabricación de sus propias baterías, al menos de momento. Algo que contradice a las estrategias del resto de rivales.
Cada vez más empresas están peleando por autosatisfacerse a la hora de crear sus eléctricos. No habiendo grandes problemas en la fabricación de muchos de los componentes, las baterías son el elemento más sensible y caro de producir. Para ello se requiere de grandes inversiones en logística, materiales e infraestructura. Un coste que BMW ha decidido no afrontar por el momento, confiando su plan en las múltiples alianzas que lo unen a grandes productores como CATL.
«Hemos asegurado muy bien nuestras necesidades para los próximos años con los socios que tenemos», dijo a Reuters el jefe de finanzas, Nicolas Peter, y agregó que BMW no se apresuraría a aumentar su propia producción de células. La razón principal para semejante enfoque es que los alemanes no consideran que la tecnología actual será la que prevalezca en los próximos años.
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«Todavía no estamos en el punto en el que podamos decir qué tecnología nos acompañará durante los próximos 10 a 15 años», ha comentado el propio Peter. «Por eso es importante invertir una gran cantidad de recursos con socios en todo el mundo en el desarrollo de celdas de batería». Más claro, agua. Y todo ello a pesar de que algunas voces del consejo de administración hayan presionado para incrementar el volumen de producción.
Eso no significa que BMW no vaya a seguir fabricando algunas de sus propias baterías. En la actualidad modelos como el BMW iX o el BMW i4 cuentan con pilas de quinta generación autogeneradas en Alemania. Baterías que, por cierto, han demostrado estar al mismo nivel que algunas de las más avanzadas de la industria. Los conocimientos, la técnica y las instalaciones las tienen, pero en BMW no consideran que este sea el momento oportuno para aventurarse en tal medida.
Y eso que estamos hablando de un momento muy dulce para la marca alemana. A pesar de las controversias generadas por los últimos diseños, BMW ha conseguido finalizar el 2021 como la marca premium más vendida del mundo. Además de eso, todo el grupo ha conseguido doblar sus ventas de eléctricos e híbridos en el mundo. Un 133% más en un solo año, y no en un año cualquiera, el año de la crisis de componentes y de la COVID-19.
