A comienzos de este año, el inesperado colapso de las negociaciones de fusión entre Nissan y Honda supuso un duro golpe, especialmente para Nissan, que busca revitalizar su modelo de negocio. Sin embargo, lo que inicialmente parecía el final de una alianza, dio paso a una nueva forma de cooperación centrada en el desarrollo de software automotriz conjunto.
Desde agosto de 2024, ambas compañías comenzaron a investigar tecnologías de vanguardia en software, y ahora han detectado el momento adecuado para llevar esta colaboración al mercado. Su proyecto contempla la integración de vehículos definidos por software (software-defined vehicles) y una plataforma de infoentretenimiento común destinada a aparecer en sus nuevos modelos a finales de esta década.
Según Nikkei Asia, Nissan y Honda pretenden además estandarizar componentes clave como semiconductores y motores. Al desarrollar software internamente, evitan depender de terceros, mantienen el control total sobre la colección de datos generados por los vehículos y ahorran costos significativos. Si hubiesen optado por proveedores externos, sus datos podrían verse limitados por restricciones contractuales.
Millonaria inversión
Este ambicioso plan, que podría superar los 10.000 millones de dólares de inversión, busca generar una nueva línea de ingresos: las actualizaciones y mejoras de software de pago, replicando modelos ya vistos en fabricantes como Tesla. Mientras tanto, ambos fabricantes seguirán desarrollando plataformas propias para barcos, pero compartirán la arquitectura básica, permitiendo interfaces diferentes para cada marca.
Así las cosas, esta estrategia no se tiende sin el telón de fondo de la presión ejercida por los fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Marcas como BYD están tomando delantera con software ágil y moderno incluso en carros asequibles, eclipsando a modelos premium de Honda y Nissan. En tal sentido, las expectativas de los consumidores se inclinan hacia una experiencia de usuario fluida, móvil, conectada y actualizable.
Las tensiones no vienen solo de China, también de competidores como Tesla, que marcan un ritmo frenético en conectividad y servicios digitalizados. Con perdidas relevantes en mercados clave, Nissan ha reportado pérdidas acumuladas de 4.500 millones de dólares y planteado incluso la venta de su sede para estabilizar la situación financiera.
En este contexto, combinar fuerzas con Honda, que mantiene fortaleza tecnológica en híbridos y motos, supone una estrategia para reciclar capacidades y alcanzar economías de escala. No obstante, algunos analistas detectan riesgos. Aunque la idea genera optimismo, todavía no se ha formalizado como fusión ni integración total. Los beneficios potenciales, tanto económicos como tecnológicos, deberán demostrar resultados concretos y tangibles.
