Mitsubishi dio el paso definitivo en la terminación de sus operaciones en China, al anunciar su salida de la empresa conjunta que llevaba hasta ahora, el nombre de Shenyang Aerospace Mitsubishi Motors Engine Manufacturing. Finalizando así, toda presencial industrial en el gigante asiático después de 52 años de trayectoria local.
El principal motivo de la decisión se atribuyó a la transformación acelerada del mercado automotor chino. La rápida adopción de vehículos eléctricos, impulsada por incentivos gubernamentales y fuertes desarrollos tecnológicos de marcas locales, han desplazado a Mitsubishi y otros fabricantes extranjeros del escenario de la industria en China.
La marca japonesa carecía de una oferta de modelos 100% eléctricos, contando únicamente con el ASX, y su limitada oferta de vehículos de combustión e híbridos no fue suficiente para frenar el auge de los «NEV» (New Energy Vehicles), como se les llama en ese país. Siendo así, Mitsubishi ha reorientado sus inversiones a mercados emergentes.
Los años gloriosos de Mitsubishi en China
Todo lo que está pasando en China en el entorno de la industria y mercado de automóviles es completamente nuevo para las marcas extranjeras. La competencia local surgió recientemente y prácticamente de la nada. Los fabricantes occidentales y japoneses gozaron de bonanza desde la apertura comercial y las siguientes décadas (90s y 2000s).
Mitsubishi no fue la excepción y es que su trayectoria en el gigante asiático comenzó en 1970 con la exportación de camiones, pero tomó verdadero impulso a instalarse en los años noventa, gracias a su colaboración con la empresa Shenyang Aerospace, para el desarrollo de motores y vehículos ligeros. Empresa conjunta que se estableció en 1997.
En su mejor momento, la joint venture se encargaba de suministrar motores a gran parte de los fabricantes chinos, acaparando el 30% del mercado nacional durante los años 2000. El siguiente paso fue la creación de GAC Mitsubishi en 2012, una alianza con Guangzhou Automobile Group que en sus inicios alcanzó grandes resultados.
Panorama de los últimos años
En 2018 vendió alrededor de 144.000 vehículos, impulsado principalmente por el éxito del Mitsubishi Outlander con entregas que superaron las 100.000 unidades ese mismo año. Sin embargo, a partir de 2019 las ventas comenzaron a declinar de manera abrupta, pasando a solo 133.000 unidades vendidas ese año.
De ahí en adelante los números fueron en picada y las dos empresas conjuntas de los japoneses en China, comenzaron a acumular deudas, aunque sus dificultades se hicieron más evidentes en el mercado con la entrega, únicamente, de 33.600 vehículos en 2022 y 12.000 unidades durante la primera mitad de 2023.
Ese mismo año, 2023, Mitsubishi suspendió la producción local en China y anunció su intención de cerrar operaciones en ese país. Su salida definitiva del mercado chino, ahora en 2025, refleja el impacto profundo de la electrificación sobre el equilibrio de la industria automotriz.
