Toyota Industries, fundada en 1926 por Sakichi Toyoda (bisabuelo de Akio Toyoda), comenzó como fabricante de telares mecánicos antes de diversificarse hacia la producción de motores, componentes automotrices y carretillas elevadoras, sector en el que hoy es líder mundial. Esta empresa ha sido siempre un pilar fundamental dentro del ecosistema Toyota, manteniendo una estrecha relación con Toyota Motor, creada años después por Kiichiro Toyoda (hijo de Sakichi).

Ahora, Akio Toyoda, actual presidente de Toyota Motor y nieto de Kiichiro, busca unificar ambas compañías bajo un mismo paraguas corporativo. Según informes de Kyodo News y Nikkei, la oferta se realizaría a través de un Special Purpose Vehicle (SPV), con un anuncio oficial previsto para finales de julio.
Así pues, la propuesta de la adquisición de Toyota Industries es por un valor de 6 billones de yenes (aproximadamente 42.000 millones de dólares). Esta operación busca simplificar la compleja estructura de participaciones cruzadas del grupo Toyota y reforzar el control familiar sobre el conglomerado industrial.

Suben las acciones
Como se indicó anteriormente, tras conocerse la posible transacción, las acciones de Toyota Industries se dispararon un 9%, reflejando el optimismo del mercado. Este es el mayor repunte desde finales de abril. Así se refleja la expectativa de una oferta pública de adquisición exitosa.
Analistas consideran que esta operación podría marcar uno de los mayores movimientos corporativos en la historia del sector automotor japonés, consolidando la herencia familiar y la autonomía estratégica del grupo Toyota. Además, se alinea con las reformas de gobernanza corporativa exigidas por inversores y reguladores en Japón.

Y es que, la operación, una de las más grandes en la historia industrial de Japón, persigue varios objetivos estratégicos como simplificar la estructura corporativa, ya que el grupo Toyota tiene un complejo entramado de participaciones cruzadas entre sus filiales. Esta compra eliminaría redundancias y mejoraría la eficiencia operativa.
De igual manera, se refuerza la gobernanza, debido a que en los últimos años, inversores y reguladores japoneses han presionado a las keiretsu (conglomerados industriales) para que modernicen sus estructuras de gestión. Y, finalmente, se daría un control vertical, pues al integrar Toyota Industries el grupo ganaría mayor autonomía en la cadena de suministro, clave en un contexto de transición hacia la electrificación.

Buenas cifras
Según Bloomberg, la operación se financiaría parcialmente con deuda, con préstamos de hasta 3 billones de yenes (unos 21.000 millones de dólares) de bancos japoneses. Mientras Akio Toyoda prepara este megacuerdo, Toyota Motor sigue dominando el mercado global con ventas récord. En 2023, produjo cerca de 11 millones de vehículos, consolidándose como el mayor fabricante mundial.
Sin embargo, el grupo avanza hacia la electrificación. Aunque Toyoda ha sido crítico con la transición acelerada hacia el carro 100% eléctrico, Toyota anunció inversiones millonarias en baterías sólidas y una gama de 10 nuevos BEV (vehículos eléctricos) para 2026, incluyendo el recién presentado bZ4X.












