En un giro significativo en la política comercial de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump acordó con Japón reducir los aranceles a la importación de automóviles nipones, pasando del 25% al 15%. Este acuerdo, alcanzado a finales de julio, busca aliviar las tensiones comerciales entre ambas potencias y reactivar un sector clave para la economía japonesa.

Así las cosas, el pasado 1 de agosto, entraron en vigor los últimos aranceles impuestos por la administración Trump a diversos productos internacionales. Sin embargo, en un movimiento sorpresivo, las autoridades estadounidenses confirmaron que revisarán los gravámenes aplicados a los vehículos japoneses, una medida que entraría en vigor a partir de septiembre, aunque aún no se ha definido una fecha exacta.
Según informó el medio japonés NHK, fuentes del Tesoro estadounidense explicaron que la demora en la implementación se debe a la necesidad de coordinar con los equipos técnicos y aduaneros para evitar problemas logísticos. En tal sentido, primero deben asegurar que los sistemas estén preparados para aplicar el nuevo arancel sin complicaciones.

Negociación clave
El ministro de Revitalización Económica de Japón, Ryosei Akazawa, mantuvo una reunión clave la semana pasada con el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Tras el encuentro, Akazawa declaró que «solicitamos a EE.UU. revisar los términos del acuerdo firmado el 31 de julio. La parte estadounidense aseguró que emitirá una orden ejecutiva revisada y que incluso estudiará reembolsos retroactivos por los aranceles pagados en exceso desde su entrada en vigor».
Esta negociación se impulsó por parte de Japón, que argumentó que los altos impuestos estaban perjudicando gravemente a su industria automotriz, un sector vital para su economía. Hay que decir que Japón es uno de los mayores exportadores de vehículos a EE.UU., con marcas icónicas como: Toyota, Honda, Nissan, Mazda, Subaru, Mitsubishi y Suzuki, entre otras.
La reducción arancelaria mejorará la competitividad de estos fabricantes en el mercado estadounidense, donde enfrentan una fuerte competencia de marcas locales como Ford, General Motors y Tesla. Analistas estiman que esta medida podría aumentar las ventas de autos japoneses en un 8 a 10% en los próximos meses.

Estrategia de Trump
Hay que decir que el presidente Donald Trump ha defendido su política de aranceles como una forma de «proteger la industria estadounidense» y reducir la dependencia de importaciones. Sin embargo, este acuerdo con Japón muestra un enfoque más flexible, buscando equilibrar las relaciones comerciales sin afectar a los consumidores.
Así mismo, este acercamiento podría sentar las bases para futuros tratados, especialmente en un contexto donde China sigue siendo el principal rival comercial de EE.UU. Por todo lo anterior, podemos decir que este acuerdo es una buena noticia para el mercado automotor ya que se traduciría en precios más bajos para los compradores y mayores opciones para la adquisición.












