El segmento de las camionetas de súper lujo dio un vuelco con el inicio de las ventas de la YangWang U8L, nuevo buque insignia de BYD que, además, es el modelo más grande que esta firma haya producido. Disponible ya en China, no solo llama la atención por su lujo y tamaño, sino por su ambición de enfrentar a modelos como Rolls Royce Cullinan, pero a un precio tres veces menor. Con 1.180 hp y un despliegue tecnológico inédito, abre una nueva era en su categoría.

La noticia de la llegada de este SUV generó revuelo en la industria automotriz mundial, al ser una SUV de casi 5,5 metros de largo repleta de pantallas, conectividad, materiales exclusivos y la última palabra en asistencias. Pero, más allá del lujo, la apuesta de BYD está en la integración de tecnología avanzada y en romper la barrera psicológica del lujo tradicional, poniendo a competir a un modelo chino con gigantes de occidente.
Recordemos que la marca YangWang nació en 2023 como la división de más alto lujo de BYD, buscando captar un mercado que valora tanto el confort como el rendimiento extremo. Así, la nueva U8L busca cambiar la percepción de lo que puede ofrecer un carro chino en los segmentos más altos, mucho más allá del hecho de ser una simple versión extendida de la ya conocida U8.

YangWang U8L de BYD: gigante en todo
Esta nueva YangWang U8L es 37,2 centímetros más larga que la U8 estándar, convirtiéndose así en una gran mole de 5,40 metros de largo por 2,05 de ancho y 1,92 de altura, con 3,25 metros entre ejes. Tal crecimiento no solo mejora el espacio interior, sino que le permite ofrecer una configuración 2+2+2 para seis ocupantes en tres filas de muy cómodos asientos, priorizando el lujo y la comodidad para todos ellos.
Uno de los detalles más llamativos del vehículo es el emblema frontal bañado en oro de 24 quilates, que sustituye al logo de cristal que lleva la U8 convencional. La U8L se puede obtener en colores negro o dorado y se apoya sobre unos enormes rines de 23 pulgadas, acercándose en dimensiones a modelos como la Cadillac Escalade, con el «plus» de tener una propuesta mucho más tecnológica y mayor nivel de lujo.
El diseño exterior recuerda a los grandes SUV europeos de súper lujo, con líneas robustas y un portón trasero dividido, al mejor estilo de Range Rover o la citada Cullinan. Puertas adentro, la experiencia se centra en el confort y la tecnología, con acabados de alto nivel, superficies acolchadas, pantallas en cada fila y hasta cortinas que oscurecen las ventanas en forma automática, para dar así mayor privacidad.


Tecnología y potencia inédita en el segmento
El corazón de la YangWang U8L es uno de sus argumentos más fuertes. Este SUV se impulsa gracias a un sistema híbrido de rango extendido compuesto por un motor turbo de 2.0 litros y cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, para 1.180 hp conjuntos y un torque de 1.280 Nm. Con estas cifras, acelera de 0 a 100 km/h en apenas 3,6 segundos y ofrece una autonomía combinada cercana a los 1.000 kilómetros por tanque.
Entre tanto, la batería de 49,05 kWh permite autonomía puramente eléctrica sumada a capacidades únicas, como el vadeo en agua a baja velocidad e incluso, flotar en situaciones extremas. La suspensión hidráulica Disus-P, los frenos carbocerámicos y el avanzado sistema de conducción autónoma DiPilot 600, con tres sensores LiDAR y 600 TOPS de potencia de cómputo, ponen la «cereza del pastel» en la oferta tecnológica de este modelo.
Cada detalle está pensado para elevar la experiencia del usuario. Tiene un cuadro de información digital de 23,6 pulgadas, una pantalla central vertical de 12,8 pulgadas y otra de igual tamaño para el copiloto. Los asientos tienen masaje, ventilación y calefacción en las dos primeras filas, con apoyabrazos calefactados y una pantalla en el techo para los ocupantes traseros. A esto, se suman un sistema de audio y conectividad premium.

Precio: lujo a precio de «ganga»
Con la YangWang U8L, BYD busca conquistar un nuevo nicho de clientes que buscan el máximo lujo, tecnología avanzada y exclusividad, sin pagar el sobrecosto de las marcas tradicionales. Y es otra de tantas pruebas que hemos visto de la capacidad que hoy tienen los fabricantes chinos para romper definitivamente las barreras del lujo automotor global, llevando la competencia a un nivel nunca antes visto.
Su precio base en China desde 1.300.000 yuanes, que son unos 181.000 dólares americanos. Para reservar uno, la marca pide un depósito inicial de 20.000 yuanes (unos 2.800 dólares). Claro, no es asequible ni mucho menos, pero es menos de la tercera parte de lo que cuesta en ese país una Rolls Royce Cullinan, rival directa en aspiraciones y tamaño, pero con sello británico y mayor tradición.












