Durante su presentación en el Japan Mobility Show 2025, Yamaha reveló una de sus apuestas más visionarias. Se trata del prototipo MOTOROiD:Λ, Lambda, la última evolución de su proyecto MOTOROiD que explora cómo humanos y máquinas pueden relacionarse en un nuevo paradigma de movilidad.

El proyecto MOTOROiD arrancó en 2017 con una moto conceptual que, por primera vez, podía mantenerse erguida sin soporte y reconocía a su propietario. Luego debutó en 2023 el MOTOROiD2, que intensificó la interacción entre piloto y máquina, trabajando bajo la filosofía de “quién controla a quién” en ese vínculo.
Ahora, en 2025, la MOTOROiD:Λ da un salto cualitativo, pues incorpora Inteligencia Artificial vía aprendizaje por refuerzo y técnicas de Sim2Real, lo que permite que la máquina entrene en entornos virtuales, aprenda miles o millones de escenarios de prueba, y luego aplique ese aprendizaje en el mundo físico.

Cuerpo propio
Entre sus características destaca su estructura tipo exoesqueleto, descrita por Yamaha como “una forma orgánica, creada mediante optimización técnica”, donde los brazos articulados unen las ruedas delantera y trasera, alojando motores, electrónica y batería en un diseño fluido, casi biológico.
Funcionalmente, los sensores distribuidos por el chasis recogen información sobre inclinación, movimiento, fuerzas de inercia, inclinación lateral, velocidad, y lo envían al sistema de IA que decide cómo coordinar los motores para mantener el equilibrio o levantarse del suelo sin intervención.

Moto y conductor son uno solo
Yamaha define que “la moto no reemplaza al piloto, sino que lo acompaña, interpreta sus intenciones, se adapta al comportamiento humano y comparte emociones, redefiniendo la experiencia de conducir”. En ese sentido, MOTOROiD:Λ no es una simple motocicleta futurista, sino un “compañero de viaje” que evoluciona junto al usuario.

Aunque no está concebida para producción en serie, su importancia es más que estética, ya que funciona como banco de pruebas para tecnologías de equilibrio asistido, control autónomo y aprendizaje adaptativo que podrían filtrarse a motocicletas comerciales en los próximos años. Con este prototipo, Yamaha no solo demuestra que la IA puede integrarse en vehículos de dos ruedas de manera fluida, sino que el futuro del motociclismo podría trascender de la pura mecánica para convertirse en una experiencia emocional.

Filosofía Yamaha
Hay que decir que este vehículo puede adoptar una postura de chasis totalmente extendida con giro de 180 °, lo que permite mostrarse en “modo extensión” y destacar sus brazos articulados. Esa capacidad visual refuerza su carácter de conceptual y experimental.
Más allá del espectáculo, el proyecto responde a la filosofía de Yamaha llamada “Jin-Ki Kanno”, la sensación de unidad con la máquina, y avanza hacia lo que denominan “Togetherness”, una unión emocional máquina-humano basada en crecimiento mutuo.












