Martín-Bastanini: La decisión demorada de Ducati que ha generado tensión

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Desde fuera puede no entenderse demasiado la estrategia de Ducati a la hora de escoger el piloto que deberá acompañar a ‘Pecco’ Bagnaia en el equipo oficial de cara a 2023.

De hecho, quizás incluso sea cuestionable que hayan prescindido de Jack Miller, si lo que quieren es un segundo de a bordo fiel y eficaz. El australiano ha demostrado ser siempre un noble escudero y un piloto rápido. En la actual clasificación provisional, Miller es la tercera Ducati, a 33 puntos de Bagnaia y a solo dos de Zarco, la segunda moto boloñesa de la tabla. En Austria, Jack intentó retener a Quartararo todo lo que pudo para que el de Niza no alcanzase a ‘Pecco’, con quien además mantiene una buena relación.

El tema quizás sea dirimir si lo que quieren en Ducati es precisamente un leal escudero o bien un piloto que apriete las tuercas a Bagnaia, y vista su política para decidir al sucesor del australiano, casi me apunto a la segunda opción. Ya vimos algo similar con la dupla Dovizioso-Lorenzo.

Posiblemente a principios de temporada tenían meridianamente claro que sería Jorge Martín el que ocuparía el asiento de Miller, pero la potente irrupción de Enea Bastianini este año hizo que el piloto del reformado equipo Gresini Racing entrase a formar parte de la ecuación.

Hay que decir que la moto tiene bastante que ver en todo este embrollo: mientras que tanto en el equipo oficial como en el Pramac las Ducati son las GP22, las del Gresini de Bastianini son las GP21. Si las 22 son, evidentemente, una evolución de lo aprendido con las 21 en la temporada pasada, cierto es que llegaron a Losail con poco rodaje y costó varias carreras y muchas pruebas -bastante más de las previstas- encontrar el hilo a la aguja de la puesta a punto. Por su parte, tanto en el Gresini como en el Mooney VR46 se encontraron con motos experimentadas.

Bagnaia se quejó de que, en los primeros GG.PP., las sesiones de entrenamientos eran una locura en las que probaban mil piezas nuevas, en lugar de dedicarse simplemente a la puesta a punto para la carrera, y que cada piloto de los cuatro oficiales testaba cosas distintas. Una vez se puso orden y concierto a todo esto, los resultados empezaron a llegar.

La tardía decisión

Todo este largo preámbulo resulta necesario para entender la dilación a la hora de escoger el nuevo piloto del equipo oficial para 2023, y es que Bastianini y Martín no luchaban con las mismas armas como para poder compararlos con equidad.

Ducati manifestó inicialmente que tomaría una decisión sobre la elección del segundo piloto en el equipo oficial antes del verano: “El futuro de Bastianini y Martín estará decidido en el mes de junio”, dijo Paolo Ciabatti, director deportivo de Ducati Corse.

El mal inicio de todos los pilotos que montaban la GP22, Bagnaia incluido, hizo que la decisión fuese aplazada hasta finales de agosto. Sabedores de que sus dos jóvenes aspirantes estarían nerviosos durante este tiempo, los directivos de Ducati Corse lanzaron mensajes tranquilizadores:

“En nuestro caso, ambos pilotos, Enea y Jorge, saben que el año que viene serán pilotos oficiales de Ducati. Tienen contrato para el próximo año, tienen el paquete técnico de un piloto de fábrica y también tienen el salario de un piloto de fábrica”.

Si un piloto sabe que se le pagará como un piloto de fábrica y que tendrá material de fábrica, no creo que influya mucho en él no saber si correrá para Ducati o para Pramac. Porque como decía, el futuro está asegurado”.

Ya, ya… pero aún disponiendo del mismo material y sueldo, no es lo mismo estar en el equipo oficial que en el satélite.

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