En los últimos años, el Perú ha sido testigo de una verdadera explosión en el número de motocicletas circulando por las calles. Lo que comenzó como una alternativa económica y rápida para evitar el tráfico, se ha convertido en un fenómeno urbano que hoy preocupa a autoridades y ciudadanos por igual. El “boom” de las motos, especialmente en Lima y las principales ciudades del país, ha traído consigo desorden, informalidad y accidentes que evidencian un problema fuera de control.

Un crecimiento desbordado
Según cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en la última década el parque de motocicletas en el Perú se ha triplicado. En regiones como Piura, Tarapoto o Pucallpa, las motos se han convertido en el principal medio de transporte, mientras que en Lima su presencia se ha multiplicado en servicios de reparto, mototaxi y transporte informal.
El problema no es el crecimiento en sí, sino la falta de regulación efectiva. Miles de motociclistas circulan sin licencia, sin casco, sin SOAT y sin respeto por las normas básicas de tránsito. El resultado: más accidentes y caos en las calles.

Informalidad y delincuencia sobre dos ruedas
El auge de las motos también ha sido aprovechado por la delincuencia. Los asaltos al paso, realizados por “motorrateros”, se han vuelto pan de cada día. Estos delitos rápidos y difíciles de rastrear han obligado a algunos municipios a implementar medidas restrictivas, como la prohibición de llevar pasajeros varones o el registro obligatorio de placas visibles en cascos y chalecos.
Sin embargo, estas políticas aisladas no atacan la raíz del problema: la informalidad y la falta de control en la venta y registro de motos. Cualquiera puede comprar una motocicleta con facilidad y circular sin mayores requisitos.

Accidentes y tragedias cotidianas
Las estadísticas de la Policía Nacional son alarmantes: las motos participan en cerca del 30% de los accidentes de tránsito en el país, y la mayoría involucra a jóvenes entre 18 y 35 años. La velocidad, la imprudencia y el nulo respeto a las señales de tránsito son factores recurrentes.
En muchas avenidas, los motociclistas circulan entre autos, suben a las veredas o incluso se saltan semáforos. Todo esto ante la mirada indiferente de las autoridades y la desesperación de los peatones.

Una solución que exige orden y educación
El caos de las motos en el Perú no se resolverá con prohibiciones parciales ni operativos temporales. Se requiere una política integral que incluya control en la venta de vehículos, registro digital obligatorio, licencias especializadas y campañas de educación vial.
La motocicleta seguirá siendo una herramienta valiosa de transporte, sobre todo en un país con problemas de movilidad y transporte público deficiente. Pero mientras no se imponga el orden, seguirá siendo —como muchos la llaman ya— una bomba sobre ruedas.
Por Sobre Ruedas News












