Donald Trump es expresidente de Estados Unidos, pero está aspirando una vez más a ocupar el asiento principal de la Casa Blanca. Su campaña avanza, y en una reciente convención de su partido político tocó un importante y controversial tema: los carros eléctricos. Incluidas las circunstancia que involucran a China y sus vehículos ‘cero emisiones’.
El ahora candidato, está impulsando su campaña con la consigna de que terminará con el mandato del carro eléctrico. O lo que se entiende con las normativas y regulaciones que el gobierno estadounidense actual había establecido con el fin de incentivar la transición a la electromovilidad. Teniendo en cuenta las subvenciones fiscales y los plazos de neutralidad.
Como es costumbre en sus discursos, sus afirmaciones fueron radicales. Su promesa apunta a deshacerse de los planes de electrificación del país en pro de “salvar la industria automotriz de la destrucción total”. Se supone que, de nombrarse nuevamente presidente, las normas que prohibirán los carros a combustión pura e híbridos, serán eliminadas.
Trump vs. los carros eléctricos
Las declaraciones del Donald Trump podrían considerarse como una ‘guerra’ cazada contra los carros eléctricos en Estados Unidos. Aunque hay que aceptar que estos no están siendo los carros más atractivos para los clientes en este momento, los cuales se han ‘desencantado’ del tema de la electromovilidad, en gran parte por los costos.
Claro que los únicos ‘desencantados’ no son los consumidores, sino también las automotrices que han tenido que replantear sus estrategias frente a la baja demanda de los EV. En ese caso, el ‘plan B’ apunta a incrementar la cartera de modelos híbridos. Lo que parece un momento oportuno para que el discurso de Trump toque las fibras más sensibles.
El candidato presidencial tampoco se reservó ningún comentario respecto a la exclusión de China del mercado estadounidense de automóviles. Si bien Joe Biden, ya se aseguró de bloquear su entrada imponiendo aranceles del 100% a los vehículos que lleguen a EE.UU. provenientes del gigante asiático, las medidas del controversial magnate puede ser peores.
Uno de los temas más importantes al que hizo referencia, es la construcción de fábricas de automotrices chinas en México, que se presume sea una estrategia para entrar a territorio estadounidense con aranceles más bajos, o sin aranceles, a razón del tratado de libre comercio que tiene ambos países fronterizos. Sin embargo, eso no será nada fácil.
Trump advirtió que los impuestos para los vehículos chinos pueden elevarse hasta el 200%, para que sean “totalmente inasequibles en Estados Unidos”. A lo anterior hay que sumar que los aranceles se han extendido a los componentes fabricados en China, incluyendo piezas importantes como baterías y semiconductores.