Los sueños y las visiones de un diseñador crecen con él y llegan lejos. Mitja Borkert, director de Diseño de Lamborghini, recibió en el estudio de Sant’Agata Bolognese a Craig Callum, diseñador senior de Hot Wheels para grabar el último episodio de la serie Driving Design, de Hot Wheels, en el que ambos hablan sobre su formación, su enfoque del diseño y cómo lo aplican en sus respectivos campos.
Los diseñadores exploraron cómo las pasiones de la infancia, las experiencias de vida singulares (por ejemplo, crecer en la Alemania Oriental) y la búsqueda de un ‘ADN’ icónico definen tanto la creación de un superdeportivo V12 como la de un modelo a escala. El diálogo revela que el diseño exitoso, ya sea en un auto de lujo o en un juguete, se rige por un ritmo emocional y la capacidad de mantener viva la curiosidad infantil.
La fusión de dos mundos: Lamborghini y Hot Wheels
La intersección entre un automóvil de producción limitada, sinónimo de velocidad y exclusividad, y un juguete universal que ha encendido la imaginación de millones de niños, puede parecer amplia. Sin embargo, en Driving Design Borkert y Callum demostraron que la filosofía fundamental que impulsa la excelencia en el diseño es sorprendentemente similar. Ambos profesionales, a través de sus narrativas personales, cuentan que los sueños y las visiones de un diseñador crecen, maduran y, finalmente, dan forma a productos que resuenan emocionalmente con su audiencia.
El ADN de un ícono: ritmo y reconocimiento
Para Borkert no es un ejercicio estático, sino una orquestación dinámica. Utilizando una poderosa analogía musical, Borkert dijo que los autos, al igual que las canciones, necesitan un «ritmo» constante y una reinterpretación continua para mantenerse relevantes y exitosos.
“Las canciones exitosas son aquellas que se preguntan constantemente a sí mismas y están cambiando el ritmo, cambiando la actitud”, dijo Borkert. “Por lo tanto, siempre debe haber una interpretación diferente, Esa es mi filosofía para Lamborghini”.
Esta filosofía se traduce en la inquebrantable definición de diseño que rige en Sant’Agata Bolognese: el ADN se centra en la silueta. Para Borkert, esta forma fundamental es atemporal, un elemento que garantiza la longevidad del concepto Lamborghini.
“Tenemos una definición clara del ADN de diseño, que siempre se trata de la silueta de un Lamborghini”, dijo. “Incluso si yo no estuviera en el diseño de Lamborghini, esta silueta permanecerá por los próximos cientos de años… porque esta es la definición de un Lamborghini”.
Callum se hizo eco de este sentimiento, y dijo que esta consistencia sutil pero poderosa es visible en los modelos de Hot Wheels, que replican el Countach, entre otros autos clásicos. El objetivo final de esta coherencia es lograr un estado de ícono.
“Si tienes un ADN, entonces eres reconocible, y cuando eres reconocible, te conviertes en icónico”, dijo Borkert, resumiendo el principio que guía la marca de superdeportivos.
Del Citroën 2CV al Trabant: la llama de la infancia
Gran parte de la conversación se centró en cómo las primeras experiencias, a menudo humildes y desafiantes, forjan la sensibilidad de un diseñador.
Borkert relató sus años de crecimiento en la Alemania Oriental, un entorno donde el acceso a la cultura automotriz occidental era casi inexistente. Rodeado de autos de la ‘Cortina de Hierro’, entre ellos el Trabant, su pasión por el diseño se convirtió en un acto de autodidactismo y pura imaginación.
“Yo estaba en la parte oriental de Alemania. Había un muro en Berlín y el país estaba separado…”, dijo Borkert. “Había autos como el Trabant –que también es un auto muy divertido– y muy, muy pocos autos occidentales. Esa fue la influencia que tuve, y por eso bosquejé esas cosas y creé mis propias revistas de autos o mis propios catálogos de autos”.
Su primer proceso de modelado, por necesidad, fue notablemente inventivo. Utilizó materiales disponibles en su hogar: “En nuestro garaje, utilicé madera para moldear mis propios autos pequeños”, dijo. “No sabía sobre arcilla o lo que fuera. Siempre fui así, un poco ingenuo y pragmático”.
Por su parte, Craig Callum describió su momento de epifanía del diseño mientras viajaba en un Citroën 2CV con su madre a la edad de cinco o seis años.
“Recuerdo que otro 2CV se acercó a nuestro lado, lleno de estudiantes, y estaban pegados del techo, riéndose y burlándose, y como teníamos el mismo auto, simplemente decían: ‘¡Guau, sí!”, dijo Callum. “Me di cuenta de que los autos pueden crear esta reacción en la gente, lo cual es algo muy grande. Realmente me abrió los ojos a que los autos hacían esto… no es solo una forma de transporte, hay algo más allá”.
Este impacto emocional se convirtió en el motor de su carrera y en un principio rector de su trabajo en Hot Wheels: diseñar productos que enciendan esa misma alegría y conectividad.
La música y el CRX: las inspiraciones del diseño
La inspiración se extrae de diversas fuentes. Para Borkert, la música, en particular, ha servido como la banda sonora constante de su proceso creativo en Lamborghini.
“A principios de los 80, para mí hubo una banda que llegó como un cohete a las emisoras de radio: Depeche Mode. Mi banda siempre ha sido Depeche Mode”, dijo Borkert. “En cada auto que diseñó, hay una canción o un álbum de Depeche Mode todo el tiempo. Entonces, si queremos un Lamborghini, es Depeche Mode”.
Al hablar de su primer auto, Borkert no solo mencionó el icónico Honda CRX, sino que lo vinculó directamente a un ídolo de la Fórmula 1 que capturó su imaginación tras la caída del Muro de Berlín: Ayrton Senna, quien conducía el McLaren rojo y blanco. La forma de ese auto de carreras y la del pequeño coupé Honda formaron una conexión emocional con la figura del piloto.
La creatividad bajo ataque y el reto de inspirar
Una de las reflexiones más profundas de la conversación fue el rol del diseñador como guardián de la creatividad y la imaginación. Callum, cuyo trabajo en Hot Wheels se enfoca en el público infantil, dijo su preocupación por la tendencia de la sociedad a reprimir la creatividad a medida que las personas crecen.
“Fueron los juguetes los que moldearon cómo me convertí en diseñador… Siento que la creatividad siempre está bajo ataque”, dijo Callum. “Cuando diseño un producto, es muy importante (pensar en) cómo mantener y conservar esa pasión que tenía de niño y que fue inspirada por estos juguetes”.
Ambos estuvieron de acuerdo en que el secreto para la innovación continua es la preservación de la curiosidad infantil.
“Creo que como diseñadores siempre necesitamos mantener esta curiosidad, porque necesitamos seguir siendo como un niño”, dijo Borkert, admitiendo que, si bien la responsabilidad exige madurez, la esencia creativa debe permanecer.
La conversación entre Mitja Borkert y Craig Callum no fue solo una anécdota de sus logros, sino una hoja de ruta sobre cómo la pasión, la influencia cultural (desde el Trabant hasta Depeche Mode) y una disciplina incansable se combinan para crear objetos que, ya sean en una carretera o en una pista plástica d












