Carlos Sainz dispone todavía de un motor fresco, la tercera y última unidad de las adjudicadas, pese a la explosión del motor en el último Gran Premio disputado, el de Austria.
El motor térmico usado en Austria no era su tercera unidad, la estrenada en Silverstone, sino la segunda. Sin embargo, Ferrari quiere que el madrileño estrene cuanto antes una cuarta unidad –con la correspondiente penalización–, que tendría algunas modificaciones para mejorar no sólo la fiabilidad sino el rendimiento del conjunto.
El madrileño podría estrenar ese cuarto motor en Paul Ricard este fin de semana, un circuito donde es factible adelantar con su larga recta, por lo que penalizar trae menos consecuencias que en otros lugares. Este propulsor debería tener una vida útil superior al usado hasta la fecha, por lo que es posible que Sainz no tuviera que volver a penalizar en el resto de temporada.
Esta nueva ‘power unit’ tendría modificaciones en las partes que han cedido en anteriores Grandes Premios, especialmente en el de Bakú, ya que no ha habido mucho tiempo para modificar lo que se rompió en Austria.
Pero sobre todo disfrutaría de una evolución de la parte híbrida que le permitiría ganar rendimiento. En este caso, dado que la potencia del motor eléctrico está limitada, la mejora debería centrarse en poder disponer de esa potencia durante más tiempo.
Esta parte híbrida estaba ya preparada para ser estrenada en Spa o Monza, pero en Ferrari anticiparían su debut. Dado que Sainz penalizaría por una nueva unidad de ICE –motor de combustión interna–, se buscaría ‘el completo’.
Así, Ferrari tendría un tiempo precioso antes de que se congele la evolución de la parte híbrida prevista para septiembre y que debe mantenerse hasta 2025. Probaría así en el coche del madrileño lo que debe ser usado por Leclerc, quien en Canadá estrenó sus ICE-4 e ICE-5 y dispone así de dos motores frescos, por lo que la sustitución queda aún lejana. Al menos es lo que en Ferrari esperan.
