Red Bull negocia con Ford el motor para la Fórmula 1 2026

0
444
f1

La relación entre Red Bull y sus proveedores de motores a lo largo de los años no siempre ha sido idílica. Tras ganar ocho títulos mundiales de pilotos y constructores (de 2010 a 2013), la relación con Renault se deterioró debido a la falta de competitividad de las unidades de potencia híbridas del fabricante francés.

Importantes picos de crisis entre 2015 y 2018, completados con declaraciones públicas poco gratificantes por ambas partes, desembocaron en el inevitable divorcio y posterior cambio a Honda.

Así comenzó una colaboración técnica que desembocó en un éxito rotundo, pero incluso aquí lo inesperado estaba a la vuelta de la esquina, en forma de retirada repentina del fabricante japonés.

Tomado por sorpresa, Red Bull se protegió garantizando la unidad de potencia utilizada en 2021 también para las cuatro temporadas siguientes, pero sobre todo lanzó esa idea que llevaba muchos años guardada en el cajón: diseñar y construir su propia unidad de potencia.

Fue entonces cuando se puso en marcha el proyecto Red Bull Powertrain, con una enorme inversión en Milton Keynes, en una zona adyacente a la sede del equipo, seguida de una gran campaña de compra de ingenieros que desalojó la sede de Mercedes en Brixworth.

Cuando parecía que todo estaba claro sobre el futuro automovilístico de Red Bull, llegaron noticias un tanto sorprendentes de negociaciones avanzadas con Porsche de cara a la nueva generación de propulsores que debutará en 2026.

Las negociaciones ponían sobre la mesa una posible cooperación, en la que la empresa de Stuttgart se encargaría de los componentes híbridos y Red Bull del motor endotérmico.

Cuando todo parecía ultimado, llegó el sorprendente «parón» impuesto por Christian Horner y Helmut Marko, alarmados por la posible entrada de Porsche en el accionariado de Red Bull Technology y la consiguiente pérdida de control en el programa de Fórmula 1. Fin de la historia.

Al comentar esta decisión, Horner hizo hincapié en un punto claro: «Nuestro departamento de propulsión es un capítulo nuevo y emocionante para Red Bull, y nunca ha estado condicionado o dependiente de la participación de terceros, así como de constructores externos, no es en absoluto un requisito previo».

Un mensaje claro, que subraya cómo Red Bull es capaz, según Horner, de diseñar y construir una unidad de potencia con total autonomía. Un escenario algo distinto al que surgió durante las negociaciones con Porsche, cuando se especuló con que el esfuerzo necesario para diseñar un motor completamente nuevo era demasiado ambicioso para una estructura de nueva creación. Pero Horner ha desmentido firmemente este rumor.

¿Todo despejado? Todavía no, porque después de dos meses llega un nuevo rumor de que otro fabricante oficial está en conversaciones con Red Bull en la línea de lo que ocurrió con Porsche unos meses antes.

En este caso, la marca es Ford, de la que Red Bull es socio en el programa WRC como patrocinador principal. Sin embargo, habría dos grandes diferencias respecto a la (fallida) negociación con Porsche, y la primera es que Ford no parece dispuesta a entrar en el paquete de acciones del equipo,

El segundo punto se refiere al aspecto técnico. Ford ya no cuenta con Cosworth, una estructura que en el pasado siempre se ha encargado de los programas deportivos, y no tiene una experiencia en el mundo híbrido a la altura de lo que se exige hoy en la Fórmula 1.

Es difícil que el fabricante estadounidense se ocupe de cuestiones técnicas, ya que supondría una enorme inversión y con un calendario ya al límite para estar en pista en 2026. El acuerdo con Red Bull se asentaría sobre bases diferentes, a saber, el presupuesto y una marca cargada de historia.

Red Bull podría estar de acuerdo con esto también, ya que la propiedad y la decoración del equipo ya son suficientes para el marketing general, y la adición de un motor con la marca de los «toros» no es un valor añadido esencial.

La asociación con Ford sería una buena ventaja en el frente financiero, y teniendo en cuenta el coste del proyecto no es algo que deba subestimarse. Además, la inversión de la marca estadounidense, en un momento en que la Fórmula 1 está en auge en Estados Unidos, aportaría campañas de marketing y mucha visibilidad adicional para la propia Red Bull. Se abrirían entonces potenciales sinergias, dada la presencia de Ford en otros contextos deportivos como la Nascar.

Aunque sólo se basara en el presupuesto y en un logotipo que se aplicaría en la unidad de potencia, el acuerdo Red Bull-Ford reportaría beneficios a ambas partes. Y no sólo eso.

La llegada de un gran fabricante estadounidense también sería una gran noticia para Liberty Media, que recientemente tuvo que hacer caja con la parada de Porsche.

Un valor añadido que, aunque sólo sea formalmente, beneficiaría a quienes han abogado por la nueva generación de unidades motrices, destinadas precisamente a atraer a nuevas compañías. 

Honda, que figura oficialmente entre los que tienen intención de volver a la pista dentro de tres años, también encaja en este escenario. La asociación con Red Bull fue inmediata, pero los rumores son otros.

De hecho, el constructor japonés sigue en el escaparate y baraja muchas posibilidades, entre ellas la de regresar a pleno rendimiento, es decir, haciéndose cargo de un equipo. No se descarta que, si este proyecto toma forma, haya una reunión con los responsables de Red Bull, pero el tema a tratar será la compra de AlphaTauri...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí