Países Bajos duda en prolongar su contrato con la F1 más allá de 2023

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Pese al tirón de Max Verstappen y la omnipresencia del ‘tsunami naranja’ en todos los circuitos, la continuidad del Gran Premio de los Países Bajos más allá de 2023 está en peligro.

Los promotores del Gran Premio, con Jan Lammers al frente, tienen una opción para prorrogar el contrato hasta 2025. Una opción que ‘caduca’ el 1 de noviembre de este año. Y en estos momentos tienen dudas sobre ejercerla en esos 100 días que restan hasta la fecha límite.

Ha sido Robert van Overdijk quien lo ha dicho en una entrevista a De Telegraaf, el diario más influyente del país. «La venta de las entradas no es suficiente –para equilibrar el balance–. Si dependiera de la F1, ahora mismo firmaría. Somos un evento de financiación 100% privada y necesitamos el apoyo de patrocinadores y entes oficiales. Hasta ahora, sólo el ayuntamiento de Zandvoort nos ha apoyado desde el primer día. Y es imprescindible para nosotros que siga así».

Van Overdijk ha señalado que ya hablan con los entes oficiales y que este año esperan el pleno, 110.000 aficionados, cada día. También en lugar de un lugar central único de encuentro para los aficionados, quieren cuatro escenarios más pequeños para evitar aglomeraciones. Y señala que «sólo hemos organizado hasta ahora un GP» y tuvieron pocas semanas para prepararlo desde que dieron la luz verde definitiva.

El problema no está, al igual que sucede con otros Grandes Premios europeos, en el precio de las entradas, sino en que éstas son prácticamente el único ingreso posible para el promotor, amén de la restauración y algunos patrocinadores pequeños. Las partes de otros ingresos –los derechos de televisión, los grandes patrocinadores o el paddock club– son competencia de la F1.  De esta forma, los Grandes Premios resultan deficitarios si no se cuenta con ayudas oficiales de ayuntamientos, regiones o el propio estado.

Una situación absolutamente opuesta a la de otros Grandes Premios en países emergentes o que necesitan una ventana amable ante el mundo, donde la carrera es ‘cuestión de estado’ y la asistencia de público tema secundario.

En el pasado ya se ha visto cómo Bélgica o Francia perdieron su GP. Aunque ahora están de nuevo en el calendario, la renovación de sus contratos está en el aire. Y Alemania renunció en su momento precisamente porque tanto Hockenheim como Nürburgring veían sus balances desequilibrados los años de GP. En todos estos casos o no existe subvención gubernamental o ésta es insuficiente.

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