Hamilton la paso fatal con los baches en Austin

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El Gran Premio de Estados Unidos es una nueva oportunidad para Mercedes y Lewis Hamilton, quienes buscan su primera victoria de la temporada para que el británico pueda superar el récord de años consecutivos con al menos un triunfo que posee Michael Schumacher. El heptacampeón del mundo no le da importancia a esa marca, según ha reconocido en las últimas semanas, pero no es ningún secreto que subir a lo más alto del podio devolvería parte de la confianza perdida en Brackley en un complicado curso.

El inglés salió al Circuito de las Américas con ganas de hacerlo bien, y en la primera sesión de entrenamientos libres, donde compartió pista con varios de los novatos que estaban para cumplir con los requisitos de la FIA con las escuderías, fue tercero, a poco más de cuatro décimas del líder, Carlos Sainz y su Ferrari. Para la segunda práctica, al tener que montar las gomas prototipo de Pirelli, no pasó de la octava plaza, a casi tres segundos del otro monoplaza de Maranello, el de Charles Leclerc, pero no impidió que se fuera con buenas sensaciones.

Cuando se le preguntó sobre los nuevos neumáticos de 2023, el de Mercedes dijo: «No son tan malos, todo se basa en la sensación. Es como un experimento divertido para ser sincero, simplemente es salir ahí y no sabes qué esperar».

«Siempre hay un equilibrio diferente, los neumáticos reaccionan de manera distinta cada vez que sales a probar algo nuevo», comentó Hamilton. «Es interesante, así que cuando estás tratando de entrar en la curva e intentas sentirlo, buscas cuál es la diferencia almacenar esa información. Y cuando estás haciendo una prueba a ciegas, esperas que tu sensación sea buena, pero tienes que decir cómo te sientes».

Al bajar de su W13, el que no pudo salir con la última actualización del año porque la FIA la declaró ilegal, explicó cómo era pilotar el coche: «Diría que con los monoplaza de años anteriores, con el del año pasado, por ejemplo, era mucho más predecible [los neumáticos]. Podías salir, apretar y ver cómo iba».

«Con este monoplaza, tienes que ir creándolo. No puedes salir y empujar porque los neumáticos no están [en la ventana de funcionamiento correcta], tienes que ir acumulando, acumulando y acumulando, y probar suerte», indicó.

Sobre el inicio del fin de semana, el británico cree que no ha tenido ningún problema en las primeras dos sesiones de entrenamientos libres: «Todo ha ido según lo previsto. En primer lugar, estoy muy agradecido a todos los que están en la fábrica por haber trabajado tan duro y habernos traído una mejora este gran premio».

«Ha sido un año muy duro para todos, y para ellos el estar continuamente apretando y sacando esas nuevas piezas, estoy muy agradecido», comentó. «He mantenido el coche sin daños, lo que es bueno, y noté las mejoras en el coche, espero que hagamos algunos cambios esta noche, y mañana sabremos exactamente dónde estamos, no parece que estemos muy lejos del resto».

Hamilton ha sido uno de los pilotos que más ha sufrido con el porpoising esta temporada, un efecto provocado por los baches de los circuitos. En Austin no fue diferente, y explicó cómo fue:  «¡Horrible! Oh, Dios mío, cielos. Vine aquí después de Montreal y piloté el coche del año pasado, era tan bueno que recuerdo salir con una sonrisa radiante de oreja a oreja porque era tan suave, tenía buena carga aerodinámica y potencia».

«Este año perdimos un poco de potencia con los biocombustibles, y el coche es más rígido», afirmó el inglés. «Por suerte, no tengo muchos empastes, porque si los tuviera, se me habría salido todos esta temporada, seguro. Está tan, tan lleno de baches, espero que el año que viene el coche los sufra».

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