Los promotores del Gran Premio de China han hecho saber a Liberty Media y a la FIA la imposibilidad de celebrar su prueba en la primera parte de la temporada y han solicitado formalmente un aplazamiento.
«Es muy dudoso que podamos organizar la carrera en la primera mitad del año. Nuestro objetivo es retrasarla a la segunda mitad de Campeonato y vamos a efectura una petición formal a los responsables de la Fórmula 1. Hemos hablado mucho con Liberty estas últimas semanas, así que nuestra postura no debe sorprenderles», ha señalado Yibin Yang, uno de los responsables de la organización de la prueba china, en declaraciones que publica el portal web estadounidense Motorsport.com.
Hace unos días precisamente dijimos que en su primera reunión con los responsables de los equipos el nuevo director ejecutivo de Liberty para la F1, Stefano Domenicali, ya les propuso una alternativa de calendario, deslizando Australia a final de temporada, retrasando el comienzo de la temporada dos semanas y también anulando el GP de China.
Portimao e Imola se repartirían las fechas que dejan libres Vietnam –cuya anulación se conoce ya desde hace más de dos meses por motivos ligados al promotor– y China.
La pretensión de China de entrar en el calendario pondría a Liberty en un brete. Por una parte interesa –y mucho– el mercado chino. Por otra, ello elevaría el calendario a 24 pruebas, pero sobre todo produciría un tremendo ‘overbooking’ de carreras en la segunda parte del año, que difícilmente los equipos estarían dispuestos a asumir. Sobre todo, en una temporada en la que deben afrontar un cambio total de reglamento técnico para 2022.