El barco de Carlos Sainz y Lucas Cruz no navega bien y está con el agua al cuello en este Dakar. Hoy la pareja española se ha dejado otro cuarto de hora respecto a De Villiers y Alex Haro (Toyota), ganadores del día, a causa, de nuevo, de problemas con la orientación, lo que les limita aún más sus opciones de victoria.
Fue en el inicio de la etapa, en el punto en el que anteriormente las motos habían sufrido una buena escabechina y donde además de Sainz también se hundió Loeb. Cedieron más de 25 minutos y, de hecho, en el kilómetro 155 llegaron a estar a más de media hora de los líderes… pero un buen rush final, ya sin errores, les permitió frenar la hemorragia.

Porque al final la pérdida no fue tanta respecto a sus rivales en la general (12:56 minutos sobre Peterhansel, y 10:41 sobre Al-Attiyah) pero Sainz y Cruz quedan ahora a 48:13 minutos de Monsieur Dakar y 42:04 del ‘príncipe’ de Catar. Un mundo ante dos viejos zorros que, aunque también se equivocan (hoy lo hicieron), son capaces de salir a flote.
Los dos se perdieron también hoy abriendo pista -en un punto posterior al de Sainz-… pero los daños fueron menores. Además, una vez que Peterhansel atrapó al Al-Attiyah, la guerra entre los dos terminó, aunque en los cien kilómetros finales el de Toyota le arañó unos segundos al galo.
Los que hicieron una etapa soberbia en este caos de navegación fueron Giniel de Villiers y Álex Haro (Toyota). Ambos se rehicieron después de una serie de días malos entre averías y -cómo no- perdidas y se anotaron el triunfo en la etapa más difícil hasta hoy.
Peor le fueron las cosas a otro de sus compañeros en el equipo oficial nipón, Henk Lategan, que sufrió un tremendo vuelco y acabó en el hospital con fractura de clavícula. El ‘escudero’ de Al-Attiyah, como el propio catarí le calificó ayer, ha terminado en el hospital con una clavícula rota y ya es el segundo Toyota que termina antes de tiempo, después de que Ten Brinke también destrozara su coche después de dar cuatro vueltas de campana en la etapa 3.