Jim Farley, CEO de Ford, mostró su preocupación por el avance de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos a un nivel crítico. Tras una visita a China en mayo de 2024, se vio sorprendido por la velocidad excepcional con la que empresas como BYD, Changan y Xiaomi desarrollan tecnología propia y vehículos competitivos a precios asequibles.

«Lo que realmente me quita el sueño es la velocidad a la que los chinos están innovando», afirmó, subrayando que el valor real radica en esa rapidez, no solo en precios bajos. Así mismo, indicó que esta dinámica representa una amenaza directa para Ford y el sector automotor occidental, señalando que esa competencia no proviene de rivales como GM o Toyota, sino de gigantes como BYD y Xiaomi, cuya escala es cinco veces superior a la de Ford.
Y es que, en un panel reciente en el Aspen Ideas Festival, dijo que “el 70% del total de vehículos eléctricos del mundo se fabrican en China… es lo más humillante que he visto”.

Aprendiendo de la competencia
Para entender mejor sus capacidades, Ford ha importado directamente vehículos eléctricos chinos para estudiarlos. Según Farley, su equipo lleva varios modelos a Detroit para luego “conducirlos hasta el cansancio y desarmarlos” con el objetivo de aprender de su arquitectura y eficiencia.
BYD, por ejemplo, utiliza baterías LFP (litio-ferrofosfato) diseñadas dentro de su integración vertical, lo cual reduce costos sin sacrificar calidad, ya que eliminan intermediarios en la cadena de suministro. Aunque admite que sus sistemas de propulsión pueden no ser los más eficientes, la empresa compensa con una manufactura simplificada y altamente optimizada.
Farley ha recalcado que Ford necesita reconsiderar su propio enfoque: fabricar en plantas más pequeñas, con menos mano de obra y procesos menos complejos para mejorar la competitividad. Así, en respuesta a esos retos, la compañía americana ha activado su equipo “skunkworks” desarrollado en California bajo el mando del exingeniero de Tesla Alan Clarke.












